Antonio Couceiro abandona la dirección de Begano

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Se despidió ayer de la plantilla de la nave coruñesa tras once años en el cargo y en un contexto de incertidumbre

19 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Antonio Couceiro abandona su cargo de director general de Begano, empresa que atraviesa por grandes turbulencias desde la entrada de Cobega en el accionariado y el plan de Coca-Cola Iberian Partners de unificar las once plantas, sobre las que además pende la amenaza del cierre de cuatro. Couceiro se despidió ayer, día de su cumpleaños, de todos los empleados de le empresa coruñesa a través de un correo electrónico, donde agradeció el esfuerzo de toda la plantilla en los últimos once años, los que ocupó el cargo. Llegó a la empresa de bebidas procedente de la presidencia de la Autoridad Portuaria de A Coruña coincidiendo con su etapa de responsable provincial del Partido Popular, como sustituto de José Manuel Romay Beccaría. Precisamente la lucha política motivó su marcha de la Autoridad Portuaria, al ser derrotado por Fernando Rodríguez Corcoba.

Con anterioridad había ocupado la dirección de Xestur Coruña, la del Instituto Galego de Vivenda e Solo, y la consellería de Industria durante uno de los gobiernos de Manuel Fraga. Ahora, Couceiro deja Begano en un contexto de incertidumbres. Sobre la compañía, que engloba las once plantas y varias filiales, pesa un plan de reducción de 1.200 puestos y el cierre de cuatro plantas. No obstante, Begano no está llamada a ser una de las clausuradas, como sí parece la de Asturias, cuya parte de la plantilla podría dividirse entre A Coruña y Bilbao.

Por otro lado, a mediados de noviembre el director de comunicación de Coca-Cola Iberian Partners, Juan Manuel Lizariturry, declaró a este periódico que «no veía a Begano cerrado nunca», en respuesta a los primeros rumores de reducción de plantilla.

Uno de los principales movimientos pilotados por Antonio Couceiro como máximo responsable de Begano fue la compra de 400.000 metros cuadrados en el entonces municipio de Oza dos Ríos para la construcción de un centro logístico y que, presumiblemente, podría crecer hasta acoger todo el complejo de Alfonso Molina con el paso de los años. Finalmente, los nuevos accionistas han optado por dejar «en stand by» los terrenos de Oza. «No se descarta, pero por ahora está congelado», dicen desde Madrid.