La entidad inicia una campaña por toda la ciudad para costear las obras del local cedido en el barrio de las Flores
31 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Ayer estuvieron en el Obelisco, anteayer en la plaza de Lugo y hasta final de verano se les podrá ver por el centro de la ciudad, pero también por los barrios. Se les puede reconocer por sus chalecos de color fucsia y son los colaboradores de la Asociación de Bulimia y Anorexia, que se han echado a la calle por una razón de peso: «Necesitamos 100.000 euros para poder pagar la reforma de nuestro nuevo comedor terapéutico y para poder ampliar las becas de ayuda a las personas que necesitan acceder a este servicio y por la crisis no pueden costeárselo», explican desde la entidad.
La obra del comedor, que se está realizando en el local cedido por el Ayuntamiento en el barrio de las Flores, permitirá ampliar de modo sustancial las plazas para un servicio que, básicamente, enseña a reconciliarse con la comida a quienes sufren un trastorno grave de la conducta alimentaria. Se trata de cuadros médicos que por lo general afectan sobre todo a chicas jóvenes, e incluso niñas, y a los que la entidad trata de hacer frente con un programa que incluye tratamiento psicológico.
En la actualidad, ABAC atiende en su local de la calle Canceliña a treinta pacientes en un espacio que en su día se abrió como comedor terapéutico para solo 14, pero con las nuevas instalaciones el colectivo espera abrir en un primer momento, en próximas fechas, al menos para 40, con posibilidad de contar con capacidad en el futuro para 60.
Para poder ampliar el servicio, que en parte financian los usuarios, ABAC cuenta con el apoyo de firmas privadas y ahora espera lograr ampliar el número de socios y colaboradores con la campaña de los chalecos fucsias, una iniciativa que, además, «nos permitirá también darnos a conocer y que la población sepa que puede optar a nuestros servicios», indican.