Negreira regresa al colegio

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

04 may 2013 . Actualizado a las 07:01 h.

El alcalde ejerció ayer de padrino de una nueva promoción de alumnos del colegio Marista Cristo Rey. Los jóvenes que acaban segundo de bachillerato y que dentro de unos meses iniciarán su vida universitaria. Lo mismo que hizo Carlos Negreira hace ya bastantes años. «Empecé en segundo de básica y estuve hasta COU. Recuerdo que viví el traslado del edificio de la calle Betanzos y Teresa Herrera a donde está ahora, que entonces parecía el fin del mundo y nos obligó a ir en autobús, que antes íbamos andando. Y también las primeras clases mixtas...», comenta poco antes del acto de graduación. «La verdad es que es emocionante y hasta produce escalofríos regresar al colegio», destaca el alcalde, que también recuerda los bocadillos de sardina que les preparaba Benito y sus muchas horas dedicadas al deporte. «Le daba a todo, baloncesto, fútbol... Fui entrenador del equipo de balonmano y llegamos a jugar una fase provincial», rememora Negreira. Ahí tienen a los que ahora son como era el alcalde hace algunos años. Al terminar el acto, chavales, familiares y docentes compartieron una cena en el Hotel Meliá María Pita.

Despedida de los MIR

En los Maristas despidieron a los alumnos de 2º de bachillerato y en el Chuac a una nueva promoción de médicos residentes. Los acompañaron el responsable de la Xerencia de Xestión Integrada, Francisco José Vilanova, y Antón Fernández, presidente de la comisión de docencia.

Un bar de medio siglo

Desde su inauguración como bar Dandy pasaron cincuenta años y varios empresarios de hostelería, pero la esencia se mantuvo. En el ahora bar Gaiteira, en la calle peatonal que está en pleno proceso de transformación, se celebró ayer que el local llegó el medio siglo de vida. Sus actuales responsables, Vanessa Forja y Willy, decidieron organizar una foliada con gaiteiros como Pepe Temprano, entre otros. Nada mejor que gaiteiros en la Gaiteira. «Antes teníamos otro bar, pero cuando este quedó libre no lo dudamos porque somos vecinos del barrio», comenta Vanessa. La propietaria de inmueble, Fina Silva, recuerda cuando su padre, Eugenio Silva, construyó el edificio en 1961. «En cuanto se terminó, en 1963, un tal Francisco, empezó con el bar», recuerda. Ayer, en número 43 de la Gaiteira, la clientela se lo pasó en grande y muchos recordaron tiempos pasados.