A lo grande. En la maravillosa plaza de Azcárraga. En el corazón de la Ciudad Vieja se celebró anoche el concierto central de los programados con motivo del vigésimo aniversario del Garufa. Una sala que es algo que más que un pub. Algo más que un nombre de tango. Un local intergeneracional que ya forma parte de la historia nocturna de A Coruña. Por eso su cumpleaños se celebra a lo grande, con fiestas como la de ayer, en la que, desde las ocho y media de la tarde, actuaron los grupos Rockers Go to Hell, Green Fandango y Wolrus. Contaron con la colaboración del Ayuntamiento, que cedió el escenario, hosteleros de la Ciudad Vieja que valoran la trayectoria del establecimiento y Estrella Galicia. También fueron parte importante en este evento los responsables del espacio The Room, de la calle Santiago.
La novia de Xoel López
Precisamente en este local se inauguró, poco antes de la fiesta del Garufa, una exposición de la polifacética Lola García Garrido. Especializada en la fotografía y el fotomontaje, presenta una serie de ocho sorprendentes imágenes bajo el título genérico de Al desierto. «Son todo paisajes de mucha arena. Aunque las fotos están hechas en una playa de Uruguay nunca aparece la playa. Hay cielo y a veces algo de vegetación», comenta Lola, que recuerda que empezó con este trabajo como un recreo de otro que estaba realizando de retratos de veteranos de guerra de las Malvinas. «La verdad es que esta exposición estaba pensada para ser inaugurada en noviembre en Argentina, pero como nos coincidía ahora la gira de Xoel...», comenta poco antes de la inauguración. Lola es pareja de Xoel López, el genial artista coruñés, y forma parte de su grupo, donde hace coros y también percusiones menores. Novia-compañera-colega y autora de las imágenes que figuran en Atlántico, el último disco de Xoel, que ayer también estuvo presente en la presentación en su único día libre en mucho tiempo debido a la sucesión de conciertos. «La última canción del disco la compusimos entre los dos», precisa Lola.
Con vino de Betanzos
Me cuentan algunos de los invitados a la fiesta que organizó Manolo Montero en Betanzos que el vino de cosechero que tomaron es de los mejores que probaron en su vida. Manolo decidió invitar a un grupo de amigos de la quinta del 48 a comer a su casa (ya saben que los betanceiros son muy dados a este tipo de celebraciones). Uno de los invitados, Julio Andrade, fue el que aportó el vino del país de las laderas de Guiliade. Una pena que no lo comercialice.
Festas gastronómicas
4 Por comer que no sea. En este fin de semana coincide la fiesta del porco celta ao espeto de Arteixo, la fiesta de los chicharrones de Feáns y mañana la exaltación da xiba de Sada. Si algún lector es capaz de acudir a las tres, que nos cuente su experiencia.