El descuartizador de Aranga se declara inocente de la muerte de dos vecinos de Muros

A CORUÑA

José Ramón Blanco Vila en un momento de su declaración
José Ramón Blanco Vila en un momento de su declaración GUSTAVO RIVAS

Asegura, en el juicio, que solo colaboró en ocultar los cuerpos

30 abr 2012 . Actualizado a las 20:45 h.

José Ramón Blanco Vila, Coque, acusado de asesinar y descuartizar a dos hombres en el 2008 en su casa de Aranga, se declaró esta mañana inocente de las muertes y dijo que solo colaboró en la ocultación de los cuerpos, que fueron desmembrados.

Blanco Vila, que solo aceptó contestar a preguntas de su abogado en un juicio en el que le piden mas de 52 años de cárcel, exculpó de los hechos a su mujer, María Pilar Piñeiro Regueiro, acusada por los delitos de profanación de cadáveres, y a Yago Souto Hurtado, Vampi, procesado por encubrimiento y profanación de cadáveres.

Según el relato de los hechos de la fiscal, Javier Toledo Ferrer y Manuel Ramón Luces Tajes, vecinos de Muros, habían ido, el 9 de noviembre del 2008 y tras exigirle bajo amenazas telefónicas el pago, a la casa de Coque a reclamarle una deuda de droga, tras realizar varias amenazas telefónicas, y allí fueron acuchillados y recibieron un disparo que acabó con su vida. En aquel momento estaba en la vivienda, Blanco Vila, en la cocina, y en la sala su mujer, su hijo de dos años y el joven Vampi, que salieron de la casa por una ventana, tras escuchar los disparos. Los cuerpos de las víctimas serían cortados en la cocina, guardados en bolsas en un arcón congelador, antes de esconderlos en un pozo de una casa de la familia de Coque en Fonteculler, una operación en la que habrían colaborado dos parejas amigas de Blanco Vila y que también están siendo juzgadas en la Audiencia Provincial de A Coruña.

Por su parte, Pilar Piñeiro, que estaba embarazada de siete meses en noviembre del 2008, intentó, en su turno de declaración, sembrar dudas sobre cuántas personas había en la casa de Aranga cuando se cometieron los hechos. Negó que su marido traficase con drogas, solo reconoció que era consumidor, y dijo que la reforma de su casa, realizada supuestamente para borrar las huellas de los crímenes,ya estaba prevista. Asimismo, declaró que una de las armas que tenía su marido en casa se la regaló "por el Día de los Enamorados" y que no logró que su marido le contestara porqué durmieron en un motel, y no en su vivienda, unos días después de los hechos, cuando supuestamente los cuerpos continuaban en el inmueble.

Antes de iniciarse la vista, el letrado de Blanco Vila, Manuel Ferreiro, indicó que su defendido mantiene su inocencia y las declaraciones, realizadas tras su detención, en las que acusaba a otro de los procesados, Alberto Souto Rega, Nocillas, el hombre que lo delató, de haber sido el autor de las muertes.

Sin embargo, Yago Souto declaró que no lo vio en la casa cuando: "Se escucharon golpes y pum, pum".

Mientras que Alberto Souto relató que conocía a Blanco Vila porque asaltaban chales juntos y que tenía miedo por su actitud. "Iba con una pistola a asaltar casas vacías", indicó y explicó que fue él el que le relató los crímenes tras una noche de drogas. Dijo que Coque había asumido la autoría de las muertes y que había señalado a la otra pareja procesada como quienes le ayudaron tras los asesinatos. Además, tras relatar que ha recibido amenazas de Blanco Vila, dijo que Pilar también le había contado a la que en aquel momento era su novia la muerte de los dos vecinos de Muros.

Ana Belén Fernández, la antigua pareja de Nocillas, fue el testimonio más esclarecedor que cómo se descubrió el suceso, pese a que aseguró que solo conoció los hechos dos semanas antes de ser detenidos todos en abril del 2009. Explicó que su pareja la había llamado, tras salir una noche con Coque, que si a él le pasaba algo y la Guardia Civil le preguntaba que les dijera que «lo que buscaban estaba debajo de donde yo me sentaba», en referencia a la casa de Coque. Dijo que después fue la propia mujer de Coque, quien tras una discusión, le confirmó los hechos. «De boca de Coque no oí nada», apuntó y relató que como estupor había escuchado al resto de los acusados «hablar de lo que había pasado como si fuera una risa». Tanto Nocillas como Ana Belén y Vampi están acusados de dos delitos de profanación de cadáveres y encubrimiento, por los que les piden más de 3 años de prisión.

Por su parte, la pareja Antonio Fernández Borque y Mónica Martínez, que se enfrentan a mas de cinco años de cárcel por encubrimiento y tenencia ilícita de armas, negaron su participación en los hechos. Rechazaron que las catanas que tenían en su casa se utilizase para descuartizar los cuerpos y aunque Antonio reconoció que tenía un arma, aseguró que la usaba solo para hacer pruebas de tiro y que nadie sabía que la tenía.

La vista de este juicio, que continuará a partir del miércoles, no registró ningún incidente reseñable, excepto que tanto Pilar como Mónica fueron expulsadas de la sala durante la declaración de Belén, a la que acusan de mentir y de actuar por animadversión.