El espectáculo «Symphonic Rhapsody» recordó los éxitos de la banda de Freddie Mercury ante el delirio de sus fans
30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.«Queen Symphonic Rapsody es un espectáculo donde se necesitan los cinco sentidos para entender que después de Queen no ha existido nada igual». Con esta frase arranca el dosier de prensa del espectáculo que se presentó anoche en el Colón. Echando un vistazo a los rostros de los espectadores que llenaron el teatro, no se sabía muy bien cuántos sentidos habían empleado. De lo que no quedaba ninguna duda es que sus miradas vivas y sus gestos de entusiasmo transmitían que, en efecto, como Queen no hubo otros. Ni entonces, ni ahora.
Para celebrar precisamente eso, existen espectáculos como Queen Symphonic Rapsody, un modo de recrear el cancionero clásico de la banda de Freddie Mercury con varios alicientes. El propio nombre sugería una revisión sinfónica del mito. Y así sucedió, empalmando el formato rock con la orquestación clásica y, ocasionalmente, con voces operísticas. Los dos mundos cuajan de antemano. Cualquier fan sabe de las inclinaciones grandilocuentes de la banda británica y lo bien que les sienta llevarlas al infinito. En escena, la solvencia de los músicos (instrumentistas que han trabajado con personajes como George Michael, Chris Rea o Joe Cocker) permitió la cristalización del matrimonio.
Lo verdaderamente inédito llegaba con el enfoque negroide a un repertorio tan blanco como el de Queen. En ese sentido, la intervención de la vocalista Angela Brooks podría pasar por el gran hallazgo de la función. Colaboradora de Blur, Barry White o Robbie Williams, otorgó un insólito empuje soul a canciones como Somebody To Love o Crazy Thing Little Love, hasta el punto de lograr algo dificilísimo: hacerlas propias, sin que en ningún momento dejasen de ser de Queen. Para ella fueron los aplausos mas intentos de la noche.
Pero más allá de visiones particulares, en el Colón flotó la grandeza de Queen. La que le dan sus fans y la que recuerdan los responsables de esta producción impecable en lo formal. De We Will Rock You a A Kind Of Magic y de Friends Will Be Friends a I Want It All se invocó a esa pasión que, 40 años después, continúa todavía vigente. La que dice que «como Queen no ha existido nada igual».