El goleador marcó su primer «hat trick» desde los 15 años

Pedro José Barreiros Pereira
p. barreiros A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

08 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El día que siempre soñó Lassad comenzó con pitos y terminó en ovación. Riazor sigue recriminando los arrebatos de indolencia de un delantero tan genial como distinto. Igual que dimite de una carrera, es capaz luego de bajar a su mediocampo para abrir el juego, descolocar la zaga rival y acribillar la portería. Anoche mostró la cara y la cruz de su juego hasta que aprovechó un par de asistencias de Valerón.

Segundo o incluso tercer delantero del Dépor para esta campaña, por detrás desde luego de Riki y hasta quizá de Xisco, este francés, hijo de emigrantes tunecinos, triunfa en el fútbol después de que su representante le convenciera de que probase en un filial, entonces en la Segunda B española, llamado Fabril. Se forjó en las calles de su Marsella natal (de donde se trajo sin duda esa insolencia con la que encara a sus rivales y cuentan que jugaba con Nasri, la estrella del Manchester City) y deambuló por equipos aficionados de Francia. Antes de probar suerte en A Coruña con 23 años había entrenado durante semanas en Escocia, pero no convenció.

En el Dépor, sin embargo, enamoró a primera vista. Primero, lo dicho, a Tito Ramallo, con quien estuvo a punto de ascender a Segunda; después a Lotina, que lo llamó solo unos meses después entusiasmado por su movilidad; por último, encantó a la afición, dispuesta a jalear con olés sus regates a aquel Villarreal de Senna y Cazorla en su estreno en febrero del 2009.

Pero el fútbol profesional sacó a la luz una formación física deficiente que le obligó a perderse un buen puñado de partidos por problemas en los isquiotibiales, su talón de Aquiles, contra el que lleva peleando dos temporadas y ahora espera recoger fruto. Ayer marcó su primer hat trick desde que, reveló, tenía 15 años. Ningún otro goleador del Dépor había marcado tres -el colegiado le dio también el cuarto- después de los que Xisco, vendada la cabeza, endosó en Liga al Murcia en marzo del 2008. «Estos tantos me dan confianza para la Liga. Los delanteros tenemos gol, pero vamos poco a poco. Hoy (por ayer) empezamos», afirmó con el balón del partido en la mochila firmado por sus compañeros.