Hoy empieza en el Obelisco el desmantelamiento de la Acampada Coruña
16 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Tal día como hoy, hace tres meses, 14 personas decidieron pasar la noche en la calle. Habían participado en la manifestación de Democracia Real Ya el 15 de mayo. Frustrados por la escasa repercusión de la marcha, emularon a sus compañeros de Madrid. Con un arsenal de mantas, sacos de dormir y pancartas durmieron en un banco del Obelisco. Fue el embrión de la Acampada Coruña, un campamento improvisado que se erigió en el gran símbolo del 15-M en la ciudad. Esta tarde, a partir de las 16 horas, empezará a formar parte del recuerdo.
La decisión, tomada en la madrugada del domingo, se esperaba desde hacía tiempo. Muchos de los impulsores originales del campamento reclamaban, día sí día también, su desmantelamiento. Al mes de arrancar, empezaron las primeras disensiones, pero fue a los dos meses cuando la opinión mayoritaria se inclinaba por ponerle fin y dar paso a otros modos de acción. El telón de fondo lo constituía una ciudadanía que había pasado de mirar con simpatía a los indignados a hacerlo cada vez con más rechazo.
Los críticos consideraban que, en estos momentos, hacía más mal que bien al 15-M, que dañaba su imagen y que carecía de sentido mantener una infraestructura para la que no había gente ni recursos. Además, a la acampada se habían sumado personas que nada tenían que ver con el movimiento, atraídas por la posibilidad de comer gratis y tener un lugar en el que dormir. El que surgieran algunas escaramuzas violentas fue la gota que colmó el vaso.
Tras un amago hace un par de semanas, el sábado se volvió a debatir el problema. Y después de horas de discusión se adoptó la decisión por mayoría. Se pone así final a esa pequeña ciudad hecha a base de toldos, muebles reutilizados y tiendas de campaña. El lugar en el que se celebraron asambleas de 2.000 personas, concentraciones anti-violencia con flores y conferencias que pretendían remover conciencias para lograr un mundo mejor. Un punto de encuentro, rebautizado como plaza 15 de mayo, en el que muchos mostraron su indignación y malestar especial. El campamento que muchos dijeron que no iba a durar ni un par de días y, al final, lo hizo tres meses completos.