El fructífero manzano de Newton

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

12 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En la casa de Isaac Newton, una granja de Woolsthorpe Manor (Condado de Lincolnshire, en el centro de Inglaterra), había un manzano cuando en 1665 el científico descubrió la ley de la gravedad. El hallazgo se produjo tras observar el científico, o sentirla sobre su cuerpo, algo tan sencillo como la caída al suelo de una manzana.

La realidad de esta popular versión tiene defensores y detractores. Lo cierto es que un ejemplar clónico de aquel centenario manzano, vallado hace unos meses para mantener a distancia a los 33.000 turistas que lo visitan cada año, fue plantado junto a la Casa de las Ciencias de A Coruña el día 11 de marzo del 2005. La idea del entonces director de los Museos Científicos Coruñeses, Ramón Núñez, era «tener manzanas idénticas a las que despertaron a Newton». En el verano del año siguiente nacía la primera manzana coruñesa, «es más pequeña que las variedades comerciales y semejante a una variedad de mediados del siglo XVII», decía entonces Marcos Pérez, director de la Casa de las Ciencias.

Ahora, aquella cosecha inicial se ha multiplicado de forma sorprendente y estos días se pueden ver decenas de manzanas de la variedad flower of kent, que destacan por su verdor.

Al estar rodeado de una valla octogonal, Newton tendría difícil tumbarse bajo este manzano, cuya sombra por ahora es escasa. Hace unos días se podía ver en este manzano un fenómeno al que dio lugar la sequía de esta primavera: mientras en unas ramas ya habían crecido las manzanas en otras todavía se podía ver la floración de las mismas.