La oposición a Barcón busca un referente y los tellistas piden cuentas
29 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Los resultados en las urnas del pasado domingo han generado un auténtico terremoto interno entre socialistas y nacionalistas, apartados del gobierno local tras perder seis concejales y catorce mil votos entre ambas fuerzas.
La batalla se ha desatado con fiereza en el PSOE, casi desde las ocho de la tarde del pasado domingo. Apenas conocido el escrutinio, Carlos González-Garcés, concejal en funciones hasta el próximo 10 de junio, fue el primero en abrir fuego. «Aquí son necesarias dimisiones», dijo tras oír la primera comparecencia de Javier Losada. A Garcés se le sumaron otras voces, siempre desde el anonimato, que reclamaban la cabeza de Losada. También de Carmen Marón. E incluso de todos los concejales que iban en la lista socialista. Ante el aluvión de críticas y protestas, Javier Losada desoyó los consejos orgánicos de Santiago y Ferraz, que exigían posponer los adioses para «evitar una sensación de desbandada».
Casi de inmediato se inició la batalla por la sucesión. Y con ella se reabrió la vieja enemistad entre Mar Barcón, la favorita de Losada, y Salvador Fernández Moreda, poco dispuesto a dejarse llevar por la marea de las bases reclamando la renovación de caras y poderes. «Nadie ha perdido un voto por culpa de mi gestión en la Diputación», explicó Moreda al ser interpelado sobre sus intenciones. «Dimitir ahora sería una cobardía», insistió cuando se le recordaron las voces del sector crítico que reclamaban su cese. «Buscan un cabeza de turco», repitió el viernes en medio ya de una lucha a cara descubierta por acaparar el poder orgánico.
Los dos bandos llevan una semana recabando apoyos. La cita será mañana por la tarde, en la Casa del Pueblo, con la primera ejecutiva local tras la debacle electoral. Javier Losada leerá su informe, donde desvelará si mantiene su primera intención de retener el cargo de secretario general hasta la celebración de un congreso extraordinario, como inicialmente declaró, o si, por el contrario, abandona también su responsabilidad orgánica, como reclama la mayor parte del resto de familias de la Agrupación Socialista.
El problema será elegir el sucesor. Mar Barcón espera regresar al PSOE coruñés por la puerta grande, aunque cuenta con un amplio rechazo en diversos sectores del partido. No solo de la vieja guardia, donde ha mantenido enfrentamientos no solo con Moreda, sino también con José Luis Méndez Romeu o Carlos González-Garcés. Tampoco goza de demasiado predicamento entre la corriente Izquierda 21 y los más cercanos a la ex concejala Marian Ferreiro tampoco la miran con demasiada confianza. El problema de todos esos grupos es articular una alternativa capaz de entusiasmar a la militancia. Porque, a su vez, también surgen diferencias de diferente calado entre todos ellos. El proceso congresual es inevitable, pero cuanto antes sea más difícil parece que esa alternativa se pueda consolidar.
Nacionalismo a la deriva
Si los conflictos en el PSOE son complejos, en el BNG la situación arranca de una fractura con hasta tres sensibilidades distintas que se cerró en falso tras la elección del candidato Xosé Manuel Carril y que ahora se ha reabierto con estruendo. El primer asalto fue cibernético. Desde el pasado lunes circula por la Red el manifiesto Fagamos algo novo, en el que se critica el actual modelo de gestión impuesto por la UPG y que este grupo, en el que figuran como firmantes Henrique Tello, Mario López Rico o Margarida Vázquez, así como otros críticos de toda Galicia, reclaman un nuevo modelo orgánico. Su primera confrontación fue el pasado jueves en el consello comarcal, donde María Xosé Bravo criticó con dureza la supuesta «falta de colaboración» de los tellistas. Ayer, las diferencias se agrandaron en el consello nacional. Pero el asalto definitivo será en la asamblea local coruñesa, que es donde más parejas están las fuerzas.