Cuando la Guardia Civil entró en su domicilio de Bergondo se encontró con un ordenador y cedés llenos de archivos pedófilos, «donde aparecían menores de edad, con frecuencia niños de 4 y 5 años, en imágenes de gran dureza y que el acusado obtenía y distribuía a través de Internet». Por ello fue procesado y ayer juzgado en la Audiencia Provincial. El fiscal pedía en un principio una pena de seis años de cárcel, pero alcanzó un acuerdo con el abogado de la defensa, el penalista Ramón Sierra, gracias al cual la condena se rebajó a cuatro años.
La Guardia Civil llegó al ordenador del procesado tras una larga investigación iniciada en Italia. La policía de aquel país descubrió que un pederasta de Roma recibió varios archivos desde una terminal española y se puso en contacto con la Guardia Civil, que descubrió que esa terminal se encontraba en Bergondo. Así se llegó al domicilio del procesado en julio del 2010.