25 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.
El puerto exterior coruñés, que nació como una de las obras con las que se resarcía a Galicia de los daños causados por el petrolero Prestige, tiene entre sus principales objetivos alejar los tráficos peligrosos de la ciudad y evitar con ello catástrofes como la del buque Urquiola, en 1976, en el canal de acceso al puerto, o la del Mar Egeo, en 1992, al pie de la torre de Hércules.
A la par que alejar el riesgo del centro de la ciudad, el traslado de la terminal de Repsol está inmerso en un proyecto urbanístico con el que se pretende convertir en residencial y en zonas de equipamientos las áreas que queden liberadas en el puerto con la puesta en marcha de la nueva dársena de punta Langosteira.