06 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.
Para Gregorio Santolalla, en la Granja Agrícola Experimental que él vivió destacaron de manera especial dos figuras: Juan Rodríguez Sardiña y Pedro Urquijo Landaluce. «Eran dos personajes fuera de serie», sostiene. Respecto al primero, recuerda que se trataba de un republicano represaliado «tímido y retraído» que se dedicó al estudio de los virus vegetales («algo que, entonces, era casi una entelequia»), convirtiéndose en un referente: «En A Coruña no lo conocía nadie. En España sí, pero a nivel mundial era francamente muy conocido». Por citar uno de sus logros, Santolalla recuerda «un libro que recopilaba todas las enfermedades de la patata conocidas en aquel tiempo y que, hoy en día, 60 años después, sigue utilizándose, lo cual dice lo bien hecho que estaba».
En el caso de Pedro Urquijo Landaluce «no tenía la misma altura científica del otro, pero estaba más pegado al suelo». Santolalla destaca que introdujo la denominada lucha biológica. «Se trata de combatir las plagas con plagas de esas plagas, es decir meter algo que ataque la plaga», resume el ingeniero. Entre sus méritos figura el de eliminar la plaga del pulgón del manzano, importando un raro insecto de Australia que lo aniquilaba. También es el responsable de la lucha de la tinta del castaño, otra plaga que se extendió por todo el Cantábrico.
Además de estas dos figuras, más cercanas en el tiempo, en la exposición se realza la figura del primer director, Marceliano Álvarez Muñiz, que ensayó diferentes tipos de cruzamientos del ganado y dedicó una especial atención a las mejoras de los prados y la maquinaria. Su labor divulgativa al frente del Boletín resultó clave.