«Todo cambió en horas, la noche fue sobrecogedora»

Elisa Álvarez González
elisa álvarez SANTIAGO / LA VOZ

A CORUÑA

Los gallegos que dejan Libia critican la actuación de la Embajada española

22 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Javier Villahermosa aterrizó aliviado en el aeropuerto de Santiago pasadas las cinco de la tarde. La más asustada era su mujer, Paula Vázquez, que viajó desde Trípoli el jueves con su niña de once meses, tras pasar diez horas en el aeródromo de la capital libanesa totalmente incomunicada. «Se me caían las lágrimas, desde las cuatro de la mañana con un bebé y con la impotencia de no poder comunicarte con el exterior», relata.

Su marido, Javier, andaluz, regresó ayer al igual que otros gallegos como los coruñeses Antonio Regueira y Gonzalo Candali, que trabajan para una empresa de topografía española. Javier trabaja en Puentes y Calzadas y él y su mujer se fueron a Libia en agosto. Una de las críticas en las que han coincidido los españoles es la falta de información por parte de la embajada, que no se puso en contacto con ellos desde el pasado lunes.

El viernes por la noche compañeros libios comenzaron a llamar a los extranjeros diciéndoles que se fuesen de allí, «que nos fuésemos las mujeres y los niños, que aquello empezaba a ponerse muy feo». Internet y la telefonía móvil -salvo la comunicación dentro del país- dejó de funcionar, por lo que Paula cogió a su hija y se fue al aeropuerto junto con otras mujeres y niños a las cuatro de la mañana.

El problema al llegar a la terminal es que era imposible comprar un billete. No funcionaba Internet ni tampoco podía gestionarse llamando a la compañía. A las ocho la Red se activó y Paula logró los billetes, aunque el vuelo no salió hasta las dos de la tarde. «Te mandaban embarcar pero no salían los aviones, hasta que finalmente a las dos de la tarde despegó».

Allí se quedaron los maridos, bastante tranquilos porque la situación en Trípoli no tenía nada que ver con la de otras ciudades como Bengasi. «El domingo estuve trabajando hasta la una de la tarde y después estuve en el centro, había manifestaciones a favor de Gadafi, pero la situación ya era extraña, mi chófer estaba muy nervioso y decidimos volver. Paula me sacó un billete desde España y nos encerramos en la urbanización», relata Javier tras aterrizar en Santiago. «Todo cambió en horas. Tras el discurso incendiario del hijo de Gadafi, pensé esto se rompe. Pasamos una noche toledana, el bullicio era constante, ya eran batallas campales, la noche de ayer fue sobrecogedora».

A las cinco de la mañana partieron en convoy hacia el aeropuerto a 150 kilómetros por hora. «No había nadie en la autopista, no nos cruzamos con ningún coche, la gente había desaparecido». Ahora, en Santiago y con su familia, Javier asegura que habrá que reposar las decisiones pero su intención es volver, «Libia es un país encantador», afirma.

Atrapado en Libia

Los que han logrado salir del país respiran tranquilos, pero los gallegos que todavía están allí no solo viven una situación complicada. Pablo Prieto, seleccionador en Libia de fútbol sala, explicaba que «la situación es caótica, los teléfonos no funcionan, en los supermercados empieza a faltar los productos básicos. Hoy [por ayer] nos comunicaron que no saliéramos de casa. Mañana [por hoy] iremos por la federación, y a ver lo que nos dicen. Todo estaba cerrado, apenas había coches. Me acaban de decir que por las calles de Trípoli se escuchan tiros y hay grupos de personas con palos. La embajada solo me contestó que su recomendación era salir del país. Nadie se pone en contacto con nosotros», señaló a través del correo electrónico a los compañeros de La Voz en Ferrol.

La ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, no ve la «necesidad» de enviar un avión español para evacuar a los nacionales. Desde Bruselas dijo que España no prevé organizar una evacuación, ya que el reducido número de españoles que hay en ese país hace que puedan salir, si así lo desean, en vuelos organizados por otros países de la Unión Europea.

«La situación es caótica, nadie se pone en contacto con nosotros», dice Pablo Prieto