«Si la empresa fuese como el fútbol, me gustaría ser Arsenio»

ángel varela A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Desde A Coruña dirige a 410 empleados y cotiza en bolsa

14 feb 2011 . Actualizado a las 12:13 h.

El pequeño despacho de Constantino Fernández comunica un par de cosas en un vistazo rápido. Primera: la decoración -mobiliario de oficina del barato- indican que al dueño de una empresa con 410 empleados le importan un rábano las apariencias. Segunda: Altia es una empresa en donde la austeridad es la norma. Y eso que esta compañía dedicada a la consultoría en materia tecnológica y de comunicación se estrenó hace unas semanas en el Mercado Alternativo Bursátil con el objetivo de seguir creciendo a través de la bolsa. El despacho de Constantino indica que no ha alcanzado ese nivel desde que fundó Altia en 1994 comprando sillones de piel y mesas de caoba.

-¿Para su empresa prefiere a un Mauro Silva, incansable trabajador, o al inestable pero genial Djalminha?

-Pues a Mauro Silva. Alguien como Djalminha que le pega a su jefe, como él hizo con Irureta, no es muy recomendable para una empresa, aunque es un crack. Pero los resultados están más unidos a la constancia y al trabajo.

-Es que mucha gente piensa que en las empresas tecnológicas los trabajadores son una especie de genios frikis que están siempre en chándal a la espera de tener una idea genial que revolucione el mundo.

-Es cierto, pero tampoco estoy de acuerdo con esa imagen. Esto es un sector económico como cualquier otro que requiere seriedad en los planteamientos y en los objetivos. Eso sí, con mucho futuro, pero alejado de esas ideas de extravagancia.

-Entonces no es cierto que el informático siempre es el culpable de todo.

-Otra coletilla. Cuando algo no sale se le echa la culpa a los sistemas, cuando la tecnología pocas veces tiene la culpa. Lo de «tenemos un problema informático» suele ser una disculpa. Lo que pasa es que hoy en día si la web de una empresa importante no funciona llama mucho la atención.

-Y si como jefe se tuviese que comparar con un entrenador, quién sería: ¿Mourinho, Guardiola..?

-Pues creo que si la empresa fuese como el fútbol, me gustaría ser como Arsenio.

-¿Cómo encontró el hueco de mercado para que Altia haya crecido hasta los 410 trabajadores?

-Vimos que había un hueco bastante grande porque había grandes empresas que abordaban a los clientes desde un enfoque muy centralizado desde Madrid, lo que significaba estar alejado física y emocionalmente de los clientes, y luego empresas pequeñas en donde el dueño hacía de todo: desde los programas informáticos hasta comprar las mesas. Por el medio no había nada, es decir, alguien que tuviese un enfoque de proximidad al cliente pero con la capacidad de las grandes en cuanto a personal.

-En ese trayecto ¿sufrieron el estallido de la burbuja de las empresas puntocom hace diez años?

-Nosotros estábamos en otra guerra, aunque nos afectó el bum anterior en el tema de personal, ya que los informáticos estaban muy buscados por ese tipo de empresas. Pero aquello no era normal: Terra no podía costar más que Iberia.

-No le da vértigo tener que pagar más de cuatrocientas nóminas.

-No demasiado. Vamos a ser más si acabamos cerrando alguna compra que anunciaremos en una semanas. Aspiro a crear más empleo en Galicia. Hacemos proyectos desde aquí para toda España, y ahora haremos alguna cosa para países como Portugal o Panamá. Tuve más vértigo cuando éramos diez.

-Su despacho dice que la austeridad es la norma en Altia.

-Es que ahora es noticia que el presidente de una autonomía viaje en clase turista, cuando debería ser lo normal. Yo podía estar en una gran oficina del centro de la ciudad, pero ese rollo personal de tener tres secretarias y la mesa de nogal no aporta nada a la empresa. Algún financiero me llegó a decir que gestionaba como Paco Martínez Soria. Pero nuestro estilo no pasa por endeudarnos con los bancos.