«Hice lo que tenía que hacer», afirma Garcés sobre su adiós

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El edil dio un nostálgico repaso a sus 24 años como concejal

10 feb 2011 . Actualizado a las 13:07 h.

Carlos González-Garcés rompió el silencio autoimpuesto tras su renuncia a formar parte de la lista del PSOE en las próximas municipales con una emotiva charla ante una treintena de socias de la Asociación de Viudas, donde repasó su vida como concejal estos 25 años y dio las gracias a Francisco Vázquez, «el alcalde», por haber confiado en él «para participar en una verdadera revolución urbana que ha transformado la ciudad y de la que yo me siento parte, tanto en los años en los que estuvo como en los últimos coletazos de ahora, del postvazquismo».

Garcés también pasó por el episodio de su portazo al PSOE con un escueto «hice lo que tenía que hacer». El edil recordó una conversación con el ex ministro César Antonio Molina. «Me dijo que había acertado en mi forma de actuar y que, si no lo hubiera hecho así, mi padre, al que él conoció, no me lo hubiera perdonado nunca», afirmó.

Y es que Carlos González-Garcés insistió en que «no me quedaba más remedio que ser consecuente y ni admitir las trampas, el engaño ni las actuaciones insidiosas», aclaró sin anunciar destinatario de sus reproches.

«Más allá de reformar plazas»

Minutos antes, en la primera de las imágenes con las que acompañó su charla, en la que se recogía el momento de su jura como concejal, aprovechó para recordar que en aquellas elecciones de 1983 «acepté ir sin ningún tipo de problema en el puesto 16 de la lista, porque realmente había un proyecto de ciudad y me sentí muy honrado de que Paco Vázquez hubiera confiado en mí, independientemente del puesto que me hubiera asignado, porque lo importante era el proyecto y la idea de ciudad, que iba mucho más allá de reformar unas calles o hacer unas plazas y que tuvo la virtud de unir detrás de sí a todos los ciudadanos, independientemente de su ideología, bajo la única bandera de defender la ciudad».

A Javier Losada apenas hizo una escueta referencia. «Y este es Losada», se limitó a señalar cuando expuso la foto de la corporación municipal de 1987, la primera a la que accedió de forma directa. Luego, se le pudo ver en otras imágenes junto al regidor, como con Luis Piedrahíta o el Rey Juan Carlos, pero no hizo la más mínima mención a su papel en estos años.

Especialmente cariñoso se mostró con Francisco Vázquez, «que impuso como única condición no doblegar nunca las prioridades de la ciudad ante nadie y que siempre rechazó los conceptos nacionalistas por no considerarlos adecuados para la ciudad y que se mantiene firme en una idea que yo comparto no solo por su influencia, sino por convencimiento propio, porque el nacionalismo se cura viajando». «Quiero presentarle el mayor reconocimiento posible por haber permitido estar a su lado», remarcó el edil antes de asegurar que seguirá en su puesto «hasta el final del mandato».

Reparto de elogios

En el reparto de elogios no faltaron las palabras de reconocimiento para Molina, «un coruñés insigne», Alfonso Guerra, «un organizador como nunca ha habido en el PSOE», José Bono, «uno de los pocos capaz de hacer callar a Paco», o Fernando González Laxe, «una de las personas que más ha hecho por la ciudad y por Galicia». Y también para La Voz de Galicia, «que ha sido determinante para tener la ciudad que tenemos que el periódico más importante y de mayor tirada de Galicia se imprima en La Coruña», afirmó antes de recordar el papel de su padre como colaborador del diario.

Garcés también repasó numerosas fotos de su etapa en las distintas responsabilidades municipales. «He vivido como un rey», dijo ante una estampa en la que aparecía caracterizado como un mago y antes de dar gracias «por todas las personas que he tenido ocasión de conocer y tratar estos años».