Nicholson no evita el sopor

miguel anxo fernández

A CORUÑA

30 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«¿CÓMO SABES SI...?

(HOW DO YOU KNOW). EE UU., 2010. De James L. Brooks. Con Jack Nicholson, Reese Whiterspoon, Paul Rudd. Comedia. 116 min

De igual manera que un cocido no sabe igual en Ourense que en Almería, una comedia de Woody Allen no es la misma si la firma James L. Brooks? La languidez campa a sus anchas en una trama con triángulo amoroso en la que Jack Nicholson ejerce de convidado de piedra en media docena de secuencias con las que no impide el naufragio, pese al recurso a sus tics habituales (sobre todo su forma de mirar y de caminar). No salva a ¿Cómo sabes si?? que Brooks haya logrado el generoso apoyo de Sony, la presencia de Nicholson (que sale en una pasta?), la música de Hans Zimmer, la fotografía de Janusz Kaminski e incluso la cabecera de cartel con Reese Whiterspoon, oscarizada por En la cuerda floja (2005), aunque hace treinta años nunca llegaría a su estatus actual por sus evidentes limitaciones dramáticas (actuar no consiste en abrir mucho los ojos, torcer el morro y lucir trapitos a medida).

Son dos sus lastres principales. El guión (del propio Brooks) transita por lugares comunes pateados una y mil veces. Aun asumiendo que todo está inventado, unas pizcas de transgresión se habrían agradecido por parte del espectador. Eso de chico-conoce-chica casi es tan viejo como el cine, pero marear la perdiz durante dos horas para un desenlace que se aparta un poco de lo convencional, se antoja excesivo y no basta. Tampoco la realización va muy lucida. Brooks, triple ganador del Oscar en 1983 al filme, director y guión adaptado por La fuerza del cariño, es más de televisión (creador de series como Lou Grant y Los Simpson, entre otras) que de cine, y se nota en su manejo del tempo narrativo y en algo tan evidente como la planificación.

Aun reconociendo su particular esmero en los diálogos, el resto es anemia y racanería emotiva, como si hubiera desgana a la hora de filmar. Hay momentos en que la sala se sume en la soledad más absoluta, dominada por la verborrea de tres actores que ni son la alegría de la huerta ni pasarían del primer curso en el Actor?s Studio (léase Paul Ruud y Owen Wilson, además de la mencionada Whiterspoon). Unas oportunas notas de Zimmer lo habrían mejorado? Finalmente, la planificación. Puede que Brooks haya impuesto su control con mano de hierro porque de otra manera no se entiende como Kaminski no ejerció la elegancia que luce cuando trabaja con Spielberg. Oportunidad perdida.