Sus juegos olímpicos podían haber sido los de Londres, pero una lesión truncó demasiado pronto la carrera deportiva de Jorge Gómez Corral. Tenía 15 años cuando se proclamó campeón gallego de Judo. Entrenaba en el gimnasio Judo Club Coruña, que dirige Bernardo Romay. Poco después la rótula, el ligamento cruzado y hasta el peroné cedieron en una caída. Ahora tiene 17 años, estudia 2.º de bachillerato en los Maristas y acaba de ganar una Olimpiada, la de Biología, en la que es más importante agilidad de cabeza que de piernas. «Mi media del anterior curso es de 9.5, pero no soy especialmente chapón», comenta esta vecino de Salvador de Madariaga que fue uno de los tres ganadores de entre 106 alumnos aventajados de toda Galicia. «Me dieron el gran diccionario Oxford inglés-español, una versión en gallego del Origen de las espacies de Darwin y una beca de 300 euros para la matrícula en cualquier Universidad Gallega y me clasifiqué para la prueba nacional», relata este futuro estudiante de Medicina que ayer se perdió el entrenamiento por culpa de esta entrevista.
Turismo de batalla
«En ciudades como Zaragoza llevan muchos años haciéndolo. Para nosotros fue la primera vez y tenemos intención de que se repita, una vez en invierno y otra en verano», me comenta Manuel Arenas, presidente del comité organizador de la Batalla de A Coruña. Y es que este fin de semana llevaron a cabo la primera ruta histórico-turístico-cultural por los lugares más destacados del episodio bélico de hace 202 años. Cerca de 50 personas, la mayoría oyentes de Radio Voz que escucharon en las ondas la puesta en marcha de esta actividad, se subieron a un autobús en el que se desplazaron a lugares como la iglesia de San Vicente de Elviña, centro neurálgico de la contienda. «El más joven fue un niño de 7 años y el pasajero mayor de 89. Es una maravilla. Creo que la gente se lo pasó fenomenal durante más de dos horas», apunta Arenas, que se encargó de las explicaciones junto con Mariano García y Juan Carlos Pérez Otero, que se uniformaron para la ocasión. La ruta terminó en el Museo Militar donde fueron recibidos por el coronel Navas, el director de la instalación.
Patrón de los animales
Con motivo de la festividad de San Antonio de Padua, patrón de los animales, en la iglesia de la Orden Tercera se ofició ayer por la tarde una misa en su nombre. La bendición reunió a un grupo de 80 animales, perros en su mayoría, que curiosamente permanecieron en silencio mientras el párroco, Justiciano Vecino Vecino, pronunció unas palabras. «Esto como los Reyes Magos, le hace más ilusión al padre que al niño», señaló Fran Ferreira, que llevó a su dálmata Lenon a la bendición. Emilia se vio en al obligación de llevar a Pupi, «porque está muy malito, casi se muere, y mi suegra lo ofreció».