Mariñán, capital jurídica mundial

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ.

A CORUÑA

El límite de la responsabilidad dentro de las sociedades anónimas abrió ayer el Congreso de Academias Jurídicas y Sociales de Iberoamérica y Filipinas

14 oct 2010 . Actualizado a las 11:58 h.

En una soleada mañana, el jardinero recogía las hojas muertas de los jardines de Mariñán. Eran las diez cuando el patio del pazo se fue llenando de togas cargadas de distinciones, algún que otro birrete llamativo y congresistas que llegaban arrastrando sus maletas. Ocurría ayer en el pazo de Mariñán durante el comienzo del VII Congreso de Academias Jurídicas y Sociales de Iberoamérica y Filipinas. En los discursos inaugurales, salieron a relucir los jardines ya que «paseando por esos jardines, en el año 1997, me propusieron si podría ser Córdoba (Argentina) sede de uno de los congresos», recordaba Luis Moisset de Espanés, presidente la mesa permanente de las Academias. Luego evocó algunas vivencias de aquel encuentro en tierras argentinas.

«Les invito a hablar, reflexionar y debatir, sobre cuestiones de actualidad que nos atañen a todos», pidió a los asistentes el anfitrión, Salvador Fernández Moreda, presidente de la Diputación. En la misma línea se pronunció José Antonio García Caridad, presidente de la Academia Gallega de Jurisprudencia, que organiza el encuentro, invitando a «discutir, que no es reñir». Recordó que el pazo de Mariñán había acogido, en 1994, el inicio del trabajo conjunto de estas academias y apuntó como elementos de unión de todos los asistentes no solo «el anhelo de conseguir un ideal de justicia», sino también la lengua «que en la forma que la hablan ustedes hasta es capaz de ganar premios Nobel». Luis Moisset también aludió a la lengua: «El gallego también es lengua ibérica, la comprendemos y la compartimos». Recordó asimismo que Costa Rica, Honduras y Nicaragua no tenían Academia de Jurisprudencia «y ahora la tienen», lo mismo que Bolivia y Paraguay.

Meilán y García-Pita

Tras la foto de familia y el café matinal tuvieron lugar las dos primeras ponencias, una sobre Derecho global, a cargo del catedrático emérito José Luis Meilán Gil, y otra sobre Persona jurídica, expuesta por el catedrático de Derecho Mercantil José Luis García Pita.

«El fenómeno creciente que evidencia la realidad de la globalización exige una respuesta del Derecho», argumentó el ponente, señalando que los derechos de los estados se encuentran rebasados y es necesario un ordenamiento supranacional que sirva para esa nueva realidad. Para el ex rector de la Universidad coruñesa, «existen manifestaciones de un inconexo Derecho global que afectan a la vida diaria de los ciudadanos y a la estructura y funcionamiento de los Estados».

También recalcó el ponente que la dimensión global de la actual crisis financiera y económica ha revelado más que nunca que los instrumentos y mecanismos estatales de supervisión son insuficientes. Por todo ello, la idea fundamental que ha de presidir la formación del Derecho global es, según Meilán Gil, «la asunción de unos mismos principios de validez global», como serían los derechos humanos.

Consensuar medidas eficaces que permitan a los órganos judiciales «levantar el velo» y buscar la responsabilidad real que pueda existir tras los abusos cometidos por las sociedades anónimas. Esta fue la cuestión que expuso a los congresistas José Luis García-Pita, en su ponencia sobre la naturaleza y los límites de la persona jurídica. Recordó el ponente que esta figura de la persona jurídica es la protagonista de la mayor parte de los acuerdos y contratos comerciales y profesionales en la sociedad actual. Destacó que el pragmático mundo anglosajón es el más avanzado en cuanto al denominado levantamiento del velo y que es necesario limitar los márgenes para identificar a los responsables de las decisiones tomadas. El congreso continuará hoy y mañana, y tras la sesión de clausura por la mañana, los asistentes peregrinarán a Compostela para ganar el jubileo.