«La Biblia es un prodigio literario, aun sin ser creyente, por lo bien que están contadas las cosas»

Rodri García A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

12 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Al principio ya existía la palabra...». El texto evangélico que un día encandiló a José Ángel Valente, tal y como recordaba hace unos días el que fuera su amigo y compañero, Juan Gelman, abre tanto la presentación como el inicio del nuevo libro de la coruñesa Cristina de Llano, Un encuentro sin ruido de fondo (Editorial CCS). Este poemario se presenta hoy, a las 20.15 horas, en el centro Fonseca.

-¿Sigue con la poesía?

-Sí, es el segundo después de Sal de la tierra, que publiqué hace dos años. Antes había publicado teatro, cuentos y hasta dos novelas.

-¿Es una obra mística?

-No me gusta esa palabra porque no se entiende bien: se asimila a beatería y no tiene nada que ver. Este libro es fruto de una meditación personal, de mi oración sobre lo que me sugieren diversos pasajes bíblicos que me gustan, tanto del antiguo como del nuevo testamento. Es muy parecido a Sal de tu tierra, que se vendió muy bien en Hispanoamérica. Es la manera de verbalizar lo que siento.

-Verbalizar los sentimientos es todo un logro, ¿no?

-Para mí escribir es un mecanismo de clarificación interior. No tengo una agenda para escribir, es un disfrute, una necesidad. Las escrituras me gustan mucho como literatura, la Biblia es un prodigio literario por lo bien contadas que están las cosas, aun sin ser creyente, que yo sí soy.

-¿Algún poeta preferido?

-Me gusta José Hierro, me emociona, nunca me decepciona, desde hace años. Suelo dejar la lectura de la poesía para el verano porque es un tiempo lento, me relaja, me descansa.