«Monster's ball», el tórrido drama que le valió el Oscar a Halle Berry

Miguel Anxo Fernández

A CORUÑA

08 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Con apenas cuatro millones de dólares de presupuesto y tres semanas de rodaje, el director suizo Marc Forster se hizo un hueco en la industria norteamericana gracias a Monster's ball, película que La Voz de Galicia ofrecerá mañana a sus lectores por solo 0,50 euros junto con el cupón del diario.

La edición incluye un extra de diez minutos con entrevistas a director y actores, la versión en castellano y la original con subtítulos, además de respetar el formato original widescreen 16:9, ficha técnico-artística, ficha de doblaje, anuncios en versión original y un tráiler.

Racismo en Georgia

Después de Monster's ball, Marc Forster alcanzaría varios plenos de taquilla como Descubriendo Nunca Jamás (2004), Cometas en el cielo (2007) y Quantum of Solace (2007), pero hasta ese momento apenas había rebasado el restringido círculo del cine de autor, con dos filmes previos sin apenas repercusión más allá de su buena acogida crítica.

Sobre un guión de los debutantes Milo Addica y Will Rokos (nominados al Oscar por este filme), la película recrea un drama de fondo racista sobre personajes maltratados por la vida, con una moraleja final que el propio Forster define como asentada sobre la única alternativa posible, el amor.

Ambientada en el sureño estado norteamericano de Georgia, el filme narra parte de una saga familiar de abuelo, padre e hijo, funcionarios de la prisión federal, cuyo cometido es el de ejecutar penas de muerte. Es justamente cuando van a proceder a la ejecución de un reo negro cuando comienza a desencadenarse el drama trufado de pasión, sexo y violencia que desarrolla el guión.

La actriz más deseada

El veterano actor Peter Boyle reconoció que en un principio el guión le había parecido demasiado fuerte, con el añadido de tener que interpretar a un violento racista, pero fue Forster quien lo convenció hasta servir un registro memorable sumado a los de Billy Bob Thornton, el malogrado Heath Ledger y la premiada Halle Berry, que, además del Oscar, recibiría el Oso de Plata en el festival de Berlín.

A la intérprete, que apenas había despuntado hasta ese momento en el reparto de la película X-Men (acabaría repitiendo en toda la trilogía), su papel de prostituta la lanzaría al estrellato, además de colocarla en la lista de las mujeres más deseadas del momento.

Es de destacar lo convincentes que resultan las secuencias de sexo en un ambiente sórdido y cargado de odio, sin apenas resquicio para la esperanza.