La procesión de la Borriquilla llenó de ramos y palmas la plaza de Vigo

La Voz

A CORUÑA

29 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A las once de la mañana de ayer, los vecinos de la iglesia de los Padres Capuchinos se arremolinaban ya ante el templo, a la espera de la salida del paso más festivo de toda la Semana Santa, mientras en la puerta de la parroquia de la Divina Pastora se vendían, a un euro, los últimos ramilletes de laurel y olivo. La Cofradía de la Borriquilla, con el apoyo de la de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Entierro, llenó de los atributos y el colorido de la Cuaresma las calles del centro, con una comitiva en la que más de un centenar de personas ataviaron la estética del desfile religioso.

La banda de la Orden Tercera, abriendo, y la de Astorga, cerrando, pusieron la música y niños, muchos niños, incrementaron el colorido y la animación de una cita muy concurrida. Alrededor de medio centenar de pequeños portaron los estandartes, y a ellos se sumaron cofrades, porteadores y penitentes acompañando al paso de Jesús en la borriquilla, que conmemora la entrada triunfal en Jerusalén.

A paso lento, la comitiva fue recorriendo la calle Federico Tapia y, a su paso, se fueron sumando más fieles y devotos. Muchas familias, con los niños palma en mano, siguieron la procesión, en la que se pudo ver a representantes políticos, como la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas, acompañada por los concejales del PP Carlos Negreira, Isabel García Vila y Miguel Lorenzo, además de al edil socialista Carlos González-Garcés.

La llegada del paso de la Borriquilla a la plaza de Vigo convirtió la zona de juegos y esparcimiento en un templo al aire libre: cientos de personas se congregaron para asistir a la bendición de ramos, conducida por el padre Rosendo Pérez. Hubo cánticos, música de guitarra y el aleteo de los ramos y palmas agitados al aire antes de que la comitiva emprendiese el regreso a la iglesia de los Capuchinos.

La conmemoración del domingo de Ramos se multiplicó por toda la ciudad y comarca, con múltiples desfiles en distintas localidades. En Betanzos, a la misma hora, también las once, de Santo Domingo al convento de San Francisco desfilaron los fieles, que se destacaron por el volumen de los ramos de laurel y olivo que acercaron a la bendición.

Dos pasos

Ya por la tarde, decenas de devotos y curiosos se acercaron a la Orden Tercera, de donde partió una de las procesiones más tradicionales de la Semana Santa, la Ecce Homo Cautivo. Se trata de dos pasos diferenciados, uno con la figura de San Juan y otro, el más numeroso, con el Cautivo. Recorrió las principales calles de la Ciudad Vieja.

Es una procesión dificultosa sobre todo para los costaleros, que tienen que soportar ?constantes subidas y bajadas por calles estrechas. Dos bandas de música marcaban los pasos de la procesión, que también iba acompañada por varios miembros de la Guardia Civil.

Salió del templo con puntualidad, cuando el reloj apenas pasaba un minuto de las ocho de las siete de la tarde. La figura del Ecce Homo es la más destacada. Dieciocho personas transportaban una obra realizada por el sevillano Guillermo Martínez Salazar. Decenas de devotos siguieron esta procesión por las estrechas calles.