La plaza de Vigo «se cae a trozos» a los dos años de su inauguración

A CORUÑA

08 ene 2010 . Actualizado a las 13:31 h.

La nueva plaza de Vigo se inauguró en agosto del 2007 y ya «se cae a trozos», lamenta un residente en la zona. Se mire a donde se mire hay graves desperfectos. Los vecinos denuncian que los maceteros están todos secos, hay multitud de baldosas sueltas, el voladizo que hay sobre los comercios y el aparcamiento está lleno de basura, los paneles que dan a Federico Tapia están colmados de pintadas, el asiento en mosaico igual y los cristales de las pérgolas están rotos. Fue como si pasara un ciclón, pero en realidad pasaron vándalos. «El botellón hizo mucho daño a esta plaza y a la tranquilidad de los que aquí vivimos», cuenta un residente.

Peor que todo eso fueron algunos episodios violentos, pues se dieron casos en que los vándalos lanzaron botellas contra las ventanas de las casas.

Y todos los desperfectos que tiene hoy la plaza pudieron ser mucho mayores, pues el Ayuntamiento se vio obligado a realizar alguna variante respecto al proyecto inicial para evitar precisamente el rápido deterioro. Así, la pérgola que estaba prevista en un principio en la parte que linda con la calle Federico Tapia se acortó notablemente. Técnicos del Ayuntamiento explicaron que la modificación se realizó después de que numerosos vecinos del Ensanche mostrasen su preocupación por si esta área cubierta se pudiera convertir en nueva zona de botellón. Sirvió de bien poco, pues las aglomeraciones nocturnas de fin de semana se registraron igualmente a pesar de que la pérgola no ocupa todo el lateral este de la plaza, sino que se instaló a cada lado de las zonas ajardinadas, dejando una parte al descubierto.

Ese cambio también obligó a revisar el diseño del banco que, además de servir de asiento a los usuarios de la plaza, iba a soportar parte del peso de la pérgola. La pieza, que se construyó con pequeñas piezas de mosaico de diversos colores (azul, verde, rojo, naranja, amarillo...), con teselas muy parecidas a las que también conforman la escultura del pulpo que hay en el parque de San Pedro, está hoy llena de pintadas.

Otra de las pequeñas modificaciones del proyecto consistió en eliminar tres focos a ras de suelo que estaban previstos a lo largo de la planta. El Ayuntamiento temía que fuesen objeto del vandalismo, por lo que se decidió colocar varios focos en los edificios. No mucho mejor está la zona protegida y específica para niños, dotada con bancos y juegos para los más pequeños. Está también llena de pintadas y tiene numerosos desperfectos.

Desde la asociación de vecinos del Ensanche se pide la rápida reparación de los daños y mayor vigilancia para evitar el botellón o el vandalismo. Hay que recordar que cuando se inauguró esta plaza, el presidente del colectivo vecinal, Gerardo Crespo, aplaudió la reforma. «Se han eliminado barreras arquitectónicas y se ha mejorado mucho el entorno y su estética», destacando la eliminación de los peldaños de los accesos, acondicionado jardineras y plantado nuevas flores y árboles. Hizo hincapié en la renovación de los bancos y la instalación de columpios.