La receta electrónica ya funciona en tres municipios de la comarca

B.?A.

A CORUÑA

En Oleiros comenzó ayer, mientras que en Culleredo lo hará mañana y en Carral la próxima semana

17 jun 2009 . Actualizado a las 12:08 h.

La receta electrónica, que ya opera en tres municipios de la comarca coruñesa, comenzó a funcionar ayer en Oleiros, aunque tímidamente. Durante la mañana apenas se estrenó este servicio y en las farmacias explicaban que la implantación es «lenta», ya que hay que actualizar los sistemas de los centros de salud y los de las farmacias.

La Consellería de Sanidade había previsto que Culleredo y Carral incorporasen este método al tiempo que Oleiros, pero lo han retrasado unos días. Buena parte de Culleredo comenzará el jueves a tener receta electrónica, concretamente parte de los pacientes adscritos al centro de Acea de Ama; los de Tarrío a partir del día 25. Mientras, en Carral se aplazará, como mínimo, hasta la semana que viene, siempre que los informáticos de la Xunta actualicen los programas del ambulatorio.

«Más lento»

La farmacéutica María del Carmen Gallego reconoce que al principio «más lento» que el modo tradicional, ya que requiere una puesta a punto doble: por un lado los médicos de atención primaria deben ir -de forma paulatina y en sus ratos libres- dando de alta a los pacientes en la receta virtual y, al tiempo, hay que actualizar los programas de las farmacias. «Es complicado para todos, pero vamos a dar algunas y seguirán viniendo muchas otras en papel», precisa la responsable del dispensario de Culleredo.

Los enfermos que entren en este sistema podrán acudir a cualquier farmacia a retirar los medicamentos que le haya autorizado su médico, incluso fuera de Galicia. Eso sí, los responsables de las boticas reconocen que pueden acumularse retrasos para estos casos, ya que aquellas farmacias que no estén dadas de alta tendrán que entrar en la red del Sergas o solicitar información a través de una comunicación similar al correo electrónico.

Sin luz no hay recetas

Asimismo, recuerdan que el sistema se basa en un red que solo opera cuando funcionan las comunicaciones. «Las personas que se vayan a una aldea remota tendrán que resignarse a esperar todo lo que tarde el sistema en estas zonas, que opera con satélites. Y cuando no haya luz tampoco habrá forma de dar recetas», apunta una de las farmacéuticas que reconoce que está adaptándose al cambio, que ha pillado un poco «desentrenados» a médicos y farmacéuticos.

«Las actualizaciones que hay que realizar son importantes, sobre todo para adaptarse a la Ley de Protección de Datos», precisa el responsable de un despacho médico. En cualquier caso, la receta virtual tendrá la ventaja de eliminar el papel y también los posibles errores que se derivan de una mala interpretación de la caligrafía de los doctores. Los enfermos crónicos podrán retirar su tratamientos más rápido.