El latino que triunfó en EE. UU. y compuso para Ricky Martin

La Voz

A CORUÑA

12 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Simplemente la verdad. Ese es el título del último disco de Franco de Vita (Caracas, 1954), el que viene a presentar al Coliseo en su única actuación en Galicia. Definido por la crítica como su trabajo más roquero y guitarrero, en él se encuentra el crisol de influencias que siempre ha caracterizado la obra de un autor que confiesa aburrirse ante los discos monocromos. Lógico, en su periplo vital, que arranca en Venezuela, pasa por Italia, vuelve a Venezuela y, finalmente, se asienta en España, existe mucha mezcla como para permanecer fiel en una sola línea.

Así viene siendo desde 1982 cuando enrolado en las filas del grupo Ícaro editó su primer disco, un álbum con una fuerte carga sentimental e inclinado en lo musical hacia el soft-rock. Pronto llegaría su salto en solitario, con Franco de Vita, un álbum homónimo que arrasó en Venezuela con éxitos como No hay cielo, Un buen perdedor o Somos tres.

Telenovelas y colaboraciones

Sin embargo, el trampolín hacia el éxito definitivo de Franco de Vita llegó en 1986 de la popular telenovela La dama de rosa, protagonizada por Jeanette Rodríguez y Carlos Mata. Suyo es el tema principal, Solo importas tú, y con él se hizo tremendamente popular en la mayor parte de los países de Iberoamérica, así como en España. Tres años después se traslada a Madrid y fija su residencia hasta la actualidad.

Desde ahí, el artista venezolano ahondó en las raíces de su música y sacó una serie de álbumes como Extranjero, Marzo 16 o Voces a mi alrededor, que asentaron una carrera que, pronto buscaría nuevas vías de expansión más allá de lo latino. Así, en 1996 graba a dúo con Frankie Valie el tema Solo palabras, con el que se introduce dentro del mercado estadounidense. Este proceso se repetirá componiendo para otros artistas de talla internacional, como el puertorriqueño Ricky Martin que elevó al número uno su canción Vuelve.

A finales de lo noventa vio la luz un disco clave en su carrera: Nada es igual. En él su eclecticismo estalla en una infinidad de elementos latinos y tropicales, que en su posterior obra, Segundas partes también son buenas, se abrirían a la bachata, el reggae, el rap y el ballenato.

Mañana tocará hacer repaso a estas tres décadas de producción.