El año que dio la espalda a Dylan

R. Domínguez A CORUÑA

A CORUÑA

04 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Sin proponérselo, seguro, se convirtió en el protagonista de una polémica que lo situó en titulares y no por su genialidad artística. Fue en mayo y Bob Dylan no fue contratado por el IMCE porque «ven tocar e faino de espaldas; chega, saúda e non toca ningunha canción coñecida», según dijo entonces el concejal Henrique Tello. El edil responsable de Fiestas, Carlos González-Garcés, abundó en las valoraciones más cuestionadas y añadió que «en este momento no tiene tirón suficiente y no ofrece espectáculo».

Fueron, probablemente, las declaraciones con más eco del 2008, tanto que el propio Tello tuvo que puntualizar que no le gustaba su directo, a pesar de conocerse «de memoria» la discografía del artista, e incluso el mismo Garcés llegó a confesar que «si sé que va a haber esta polémica, lo contrato». Con réplicas y contrarréplicas no fue, no obstante, suficiente como para que Dylan, finalmente, tocase en la ciudad.

Las mitomanías dieron bastante juego en lo que a sentencias comentadas en el 2008. Frida Kahlo, por ejemplo, fue la culpable de una obsesión superada por la joven pintora Ana Seoane, que llegó a confesar que «incluso intenté dejarme crecer el entrecejo». Afortunadamente, no lo consiguió.

Leyenda

Con mayor o menor trascendencia, se trata de frases que han sonado a lo largo del año recién despedido. Dieron mucho que hablar también otras declaraciones sobre temas recurrentes. Uno de ellos, el botellón, que despertó de nuevo la atención sobre el fenómeno del garrafón, a pesar de que el presidente de los hosteleros, Héctor Cañete, no dudase en decir que se trataba de «una leyenda urbana».

También urbanos y sensitivos, aunque esta vez por el olfato, fueron los pronunciamientos sobre los perfumes de la ciudad. Xurxo Rivas, presidente de los sumilleres, insistió en que «una ciudad tan bella no puede tener estos malos olores», inquietud que llevó incluso a protagonizar el concurso Mejora tu ciudad, cuya ganadora, Alejandra Clemente, no dudó en proponer una solución: «Un gran pulverizador permitiría neutralizarlos», apuntó, y se llevó el primer premio.

Premio

Otro premio, la insignia de oro del Club del Mar, recibió el ex alcalde Francisco Vázquez en el 2008, momento en que reconoció en público: «Posiblemente mi cuerpo esté en Roma, pero mi corazón sigue en La Coruña», dijo el embajador ante la Santa Sede. Abrió también el ex regidor en sus visitas una nueva polémica verbal, esta vez con su sucesor. Lo acusó de «pérdida de liderazgo» de la ciudad, a lo que el alcalde Javier Losada le contestó: «O no conoce la ciudad, o está alejado de ella».

Losada también mantuvo una batalla verbal con Salvador Fernández Moreda al hilo de sus críticas por desconocer las pautas del PGOM. Tan poco le gustó al alcalde, que lo conminó a hablar «de lo suyo» y «trabajar más por la provincia» e incluso le recordó su condición de edil: «Voy a decírselo al concejal Moreda para que se lo diga al presidente de la Diputación», declaró el regidor.

El propio Moreda se convirtió en otro protagonista del escalafón de las frases cuando José Nogueira dimitió de la comisión de Personal de la Diputación por discrepancias en la creación de plazas: «No sé si se le cruzaron los cables», opinó entonces.

También en el terreno de los concejales, muy comentadas fueron las declaraciones del responsable de Seguridad, Florencio Cardador, quien aseguró sentirse sorprendido por los grandes atascos registrados en A Grela con la apertura del Dolce Vita: «Pensamos que no iba a generar tráfico», dijo. No pensaba tampoco, seguro, la incredulidad por la falta de previsiones ante la inauguración del mayor centro comercial de Galicia.