Retrato de familia tamaño carné

A CORUÑA

Una de las sagas más significativas de la fotografía de la ciudad, Foto Paco, encuentra su continuación asegurada en la bisnieta del fundador

09 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo coruñés ha pasado por el objetivo de Foto Paco. Al menos de eso presume su actual propietario, Manuel López Rama: «Antes el carné había que renovarlo cada cinco años, y para ir a Suiza te exigían el pasaporte. Y la foto, era cosa nuestra. Hasta teníamos los impresos para la renovación». Y es que la situación de la pequeña caseta en la que está ubicado este negocio familiar dedicado a la fotografía es envidiable: justo frente a la Jefatura de Policía de Alférez Provisional.

«Este negocio dio de comer a tres familias, la de mi padre, la de mi hermano mayor y la mía», explica el actual propietario, ya retirado del ejercicio activo de la fotografía: «La diabetes me afectó a la vista, así que ya no cojo la cámara más que para entretenerme. Pero sigo viniendo por aquí porque me lo pide el cuerpo». Quien se hace cargo ahora de las innumerables fotos tamaño carné que salen de su garita es Jessica, la bisnieta del fundador. Cumplió 18 años este pasado verano, y desde entonces se puso a trabajar en Foto Paco, alternando sus obligaciones laborales con cursos de fotografía: «Lo llevo en la sangre. Crecí rodeada de todas estas máquinas, fui modelo de mi abuelo y mi padre y ahora me coloco detrás del objetivo», cuenta. Su padre, que había cogido el testigo de Manuel cuando este quiso retirarse, murió con 37 años en abril del 2006: «Eso hizo que volviese a pasarme por aquí y, en cierto modo, que Jessica se incorporase al negocio», relata Manuel.

El fundador de esta firma es Francisco López Salgado, «más conocido en la ciudad como Paco, el fotógrafo», apunta su hijo Manuel. Corría el año 1921 cuando, como tantos otros, Paco se fue a buscar fortuna a Cuba: «No aguantó ni un año. A la vuelta, se hizo cargo de unas tómbolas que se colocaban en el Leirón, en el antiguo parque del Casino. Y entre las atracciones que tenía estaba la de la foto humorística, en la que la gente metía la cabeza en los huecos de unos murales con coches y aviones pintados, además de toda la parafernalia para disfrazarse de vaquero, con el mítico caballito», recuerda Manuel. Este negocio fotográfico le permitía, además, seguir trabajando en invierno, cuando las tómbolas cerraban.

De fotógrafo ambulante, Foto Paco pasó a ocupar un local en el edificio La Terraza, en los jardines de Méndez Núñez, hasta 1985, que recalaron finalmente en su ubicación actual. Ahí está, colgado de la pared y enmarcado, un billete de mil pesetas con la fecha del 23 de septiembre de 1985 y una firma encima: «Es del primer cliente que tuvimos aquí. Nos pagó con este billete y decidimos conservarlo», recuerda Manuel. De hecho, todo el local parece un museo de la fotografía: fotos de ilustres coruñeses que han sido retratados allí -como el ex alcalde Francisco Vázquez o el ex rector José Luis Meilán Gil, entre muchos otros- y un sinfín de cámaras que muestran la evolución de la foto de carné a lo largo del último siglo. Manuel enseña una Polaroid con cuatro objetivos que ha retratado a generaciones de coruñeses; y otra específica para las fotos de familia numerosa: «Y funcionan todas perfectamente», asegura.

Ahora el proceso está digitalizado, algo que domina Jessica: «Hay que innovar, pero sin perder de vista la tradición». Su abuelo no quiere restar méritos, pero apunta que antes las cosas eran más complicadas: «Las fotos se secaban en la gorra del paisano, y dependiendo de la temperatura variaba el color del fondo», recuerda con su cámara, veterana como él, en la mano.