El comercio, el ocio y la hostelería relegan a la industria en el polígono de la Grela

A CORUÑA

Peluquerías, centros comerciales, clubs de pádel o restaurantes de lujo son parte de la oferta de la zona

09 nov 2008 . Actualizado a las 02:43 h.

Si en 1973, cuando se inauguró el polígono industrial de La Grela, alguien planteara la posibilidad de que allí se pudiese hacer una manicura, degustar un plato en un restaurante de lujo o disputar una partida de pádel, probablemente lo tomarían por loco. Pero A Coruña no permanece ajena a un fenómeno que se está produciendo en toda España: la transformación de los polígonos industriales en pequeñas microciudades en las que no solo se acude a trabajar, sino que se crea toda una red de servicios para quienes desarrollan allí su jornada laboral.

«Esto es como la calle Real», indica José Bermúdez, secretario de la asociación de empresarios de la Grela. Señala desde su despacho del Work Center, en la calle Copérnico. «Cuando hace buen tiempo ves a la gente en las terrazas y circulando por aquí como si fuera el centro de A Coruña. Hay bancos, tienes estanco, tienes cervecerías y cafeterías que están siempre llenas, restaurantes de nivel y ahora incluso una peluquería con solario y todo». Se refiere a Maryl, el salón de belleza regentado por Lourdes López junto a su hermana.

Situada en la planta baja del edificio de negocios BCA28, se trata de una peluquería con todos los servicios imaginables (desde una zona vip a zona de masajes, pasando por la posibilidad de trabajar con el ordenador gracias a la conexión wifi) enfocada a aquellas personas que desarrollan su actividad en la zona. «La hora de máxima afluencia es el mediodía, porque es el momento en el que se para de trabajar». El establecimiento abrió en febrero y, por ahora, se dan por satisfechas: «Vamos poco a poco, pero bien». El que gente del centro de la ciudad acuda allí ex profeso no deja de ser una buena señal.

Mediados de los noventa

El perfil del polígono ha cambiado de manera radical. «Ahora, la gente ya no viene a La Grela solo a arreglar el coche», apunta Carlos Ron, responsable de Deportes Cimáns. Se instaló en la zona hace dos años, siguiendo el ejemplo de otras firmas. «Todo empezó a mediados de los noventa», indica Bermúdez que recuerda como en el Plan General del 1998 hubo que cambiar la nomenclatura para incluir su carácter comercial: «Había problemas para dar licencias a los establecimientos comerciales. Hoy se pueden contar con los dedos de una mano las industrias que hay».

Además del centro Dolce Vita, la última gran revolución del polígono, y el gran bazar Chino, la apertura más reciente corresponde al Planet Pádel Club. Desde hace tres semanas sus pistas están abiertas: «Depende de la hora a la que se pida ya no hay para alquilar. Se ve que había una gran demanda y que acertamos con la elección», confiesa Carlos Dulce, co-propietario y profesor del centro. Pegado a las sucursales bancarias y asesorías de la zona, se nutre, en una buena parte, de sus trabajadores que aprovechan el intermedio y el fin de la jornada para practicar deporte.

Pero La Grela no se queda solamente en eso. Rafael Varela, del restaurante a Mundiña descubrió una nueva faceta inesperada: «Ya tenemos varias bodas apalabradas para el próximo año».