El procesado fue detenido en Logroño, adonde huyó al sentirse perseguido tras otra agresión

La Voz

A CORUÑA

23 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una niña coruñesa de doce años fue a comprar chucherías a una librería en diciembre de 1999. Al regresar de nuevo a casa, Diego Barrientos la siguió y se coló tras ella en el portal. Nada más arrancar el elevador, el joven le dio al stop y comenzó a masturbarse delante de la pequeña, hasta llegar a eyacular sobre su suéter. La niña comenzó a gritar, el joven la empujó violentamente y se esfumó.

La policía, que sólo contaba con el ADN del agresor, movió Roma con Santiago, pero sin éxito. Aquel joven no aparecía por ninguna parte. Su perfil genético fue enviado al departamento de análisis biológicos y archivado en el banco de datos de anónimos para posteriores comparaciones. Pasaron ?los años. Hasta que en septiembre del 2002, Barrientos violó salvajemente a una mujer en Logroño. Luego lo intentó con otra. A los pocos minutos fue detenido y posteriormente ingresado en prisión. La policía de La Rioja extrajo una muestra de ADN del cuerpo del violador y coincidió con la muestra de aquel suéter. Fue juzgado por aquello y condenado a ocho años en el 2004. Ayer se se sumaron siete años más.