Puerto Madero, un acierto exportable a los muelles coruñeses

Ramón Castro

A CORUÑA

Busquets logró que una zona abandonada de Buenos Aires sea ahora la más cotizada

14 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Un paseo por Buenos Aires permite albergar optimismo sobre el futuro que le espera a A Coruña. Joan Busquets planeó en la capital argentina la recuperación de los espacios abandonados en el viejo puerto, y el acierto fue pleno, con un desarrollo urbanístico que muestra numerosas semejanzas con lo que se pretende realizar en los actuales muelles de A Coruña.

Buenos Aires todavía acusa los efectos de la última crisis económica que sufrió el país. En los márgenes de sus amplias avenidas conviven bellos edificios con fachadas degradadas. El escaso mantenimiento de los espacios públicos otorga a la ciudad un aire decadente. Pero, cruzando apenas dos calles desde la plaza de Mayo, en pleno centro de la metrópolis, el visitante llega a Puerto Madero y tiene la sensación de estar en otra ciudad, moderna y luminosa.

La urbanización de los viejos muelles bonaerenses partió de conceptos parecidos a los que se manejan en A Coruña, combinando viviendas, zonas verdes, oficinas, hoteles, y establecimientos comerciales y de ocio, que se alinean en las dos orillas del río de la Plata. Al igual que se pretende realizar en el entorno de San Diego y el muelle de Calvo Sotelo, también se aprovecha la lámina de agua. Se crearon embarcaderos, un club de yates y se instalaron dos viejos barcos de la Armada argentina, reutilizados ahora como museo.

El resultado ha sido que Puerto Madero acoge ya buena parte de los restaurantes, pubs y discotecas más solicitados de la ciudad porteña, con vistas al río, terrazas en el cantil del muelle y puentes que conceden a la zona un ambiente elegante.

En un espacio total de 170 hectáreas (en el puerto coruñés se recalificarán 43), destacan especialmente los puentes, uno de ellos obra de Santiago Calatrava, y los rascacielos, que no chocan en una ciudad acostumbrada a dimensiones grandes (posee 15 millones de habitantes).

Elementos del pasado

Busquets ha propuesto que en las áreas que se transformarán en el actual puerto coruñés se conserven elementos que recuerden su pasado, como las grúas o el mareógrafo de Calvo Sotelo. Una idea que también se plasmó en Puerto Madero, ya que las viejas grúas jalonan todo el paseo por la ribera de la Plata. Allí se conservaron además los almacenes de grano, edificios de ladrillo de tres o cuatro plantas, que han sido reconvertidos en locales de hostelería (los bajos) y oficinas. Un concepto que, en cambio, difícilmente podrá exportarse a A Coruña, ya que las naves portuarias no parecen susceptibles de ello.

La continua presencia policial, la parejas y grupos de jóvenes y una acertada iluminación hacen que las noches de Puerto Madero ofrezcan un ambiente sosegado y atractivo para cenar o tomar una copa.