Pasqual Maragall asegura que España «paga el precio de su propia complejidad»

La Voz

A CORUÑA

29 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Desganado. A Pasqual Maragall le cogió la tarde-noche de ayer con pocas ganas de entrar en los últimos debates políticos, por lo menos ante la prensa. Confesó que no había seguido el anuncio de ayer de Ibarretxe sobre la celebración de un referendo en el País Vasco y afirmó con una cierta ironía: «A ver si a la segunda va la vencida». En cuanto a la polémica surgida hace unos días con Rodríguez Zapatero por los pactos con Convergencia i Unió, Maragall indicó que el presidente del Gobierno «todavía no me ha llamado, pero creo que estos días estuvo por Nueva York», para zanjar el asunto con la afirmación de «espero que tengamos ocasión de hablar».

El ex presidente de la Generalitat habló en la sede coruñesa de la Fundación Caixanova sobre la acción exterior de los entes locales y regionales dentro de la esfera comunitaria. Antes de su intervención aseguró que España «paga el precio de su propia complejidad, está siendo el tubo de ensayo de Europa, ayudando a resolver el problema de la diversidad europea».

Ya durante su conferencia, tras ser presentado por el presidente del Instituto de Estudios Políticos y Locales, Antonio Campos Romay, afirmó que la diversidad de Europa es su propia diversidad, «que la puede hacer más interesante». Comparó esa diversidad europea con la de Estados Unidos, dando por ganadora a la primera, «Norteamérica es diversa pero no tiene 20 idiomas distintos».

Maragall recordó en su conferencia la afirmación de uno de los fundadores de la Unión, Jean Monet: «Europa avanza con ausencia de un plan total» y afirmó que la unión se había ido haciendo «con pequeños pasos y a veces con parones». Otros argumentos que expuso fueron que el lenguaje europeo, «bueno en realidad es el lenguaje de Bruselas, es excesivamente abstruso» y que la Europa del futuro «será tan diversa como ahora, pero esa diversidad habrá ganado en articulación».