Cuatro ministros para un siglo

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

Historias de A Coruña | El nombramiento de César Antonio Molina La ciudad ha sido cuna de varias personalidades que llegaron a ocupar cargos de poder en el Gobierno, como Dato Iradier, Julio Wais, Casares Quiroga y Madariaga

07 jul 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El nombramiento de César Antonio Molina como ministro de Cultura hace obligado recordar a los miembros del Gobierno nacidos en nuestra ciudad desde principios del siglo XX, que fueron cuatro. No son muchos, ciertamente, resultando curioso que ni el franquismo ni la democracia diesen uno solo. El que más se acercó fue Romay Beccaría, que era de Betanzos. El primer ministro coruñés del pasado siglo fue Eduardo Dato Iradier, que, siendo presidente del Gobierno fue asesinado en Madrid, en marzo de 1921, por tres anarquistas, en la Puerta de Alcalá. Antes, este político liberal de gran prestigio había sido ministro en varias ocasiones. En 1900, durante la regencia de María Cristina, fue ministro de la Gobernación; en 1902, de Gracia y Justicia; en 1918, de Estado, y en 1920, de Marina, al mismo tiempo que ocupaba la presidencia del Gobierno. El rey Alfonso XIII le concedió, a título póstumo, el ducado de Dato con grandeza de España. Los asesinos fueron condenados a muerte, en 1923, pero el Rey les conmutó la pena por la inmediata anterior. Para encontrar al segundo ministro coruñés hay que buscar a Julio Wais Sanmartín, nacido en 1878, distinguido abogado, afiliado al Partido Conservador, que en 1907 fue diputado a Cortes por Betanzos-Pontedeume. Trabajó en Madrid en el bufete de González Besada, que, a partir de entonces, lo promocionó políticamente. En 1917 fue nombrado director general de los Registros y del Notariado, y en 1920, subsecretario de Gobernación. Al año siguiente, en un Gobierno presidido por Allende Salazar, ocupó la cartera de Gracia y Justicia, sustituyendo a Vicente Piniés. Durante el Gobierno del general Dámaso Berenguer (conocido como la dictablanda ) fue nombrado, en enero de 1930, ministro de Economía, sustituyendo a Manuel Argüelles. Cesó en febrero de 1931 cuando accedió a la presidencia del Gobierno el almirante Aznar, que era coruñés. Tuberculoso El tercer ministro nacido en la ciudad fue Santiago Casares Quiroga, abogado, de familia republicana y tuberculoso sin remedio (todos sus hermanos habían muerto de esta enfermedad). A pesar de ello fue uno de los hombres fuertes del nuevo régimen. Azaña es de los pocos políticos a los que ensalza en sus memorias , cuando dice: «En punto a desinterés, amistad y abnegación por la República, Casares no tiene semejante». Tiene, además, otro mérito innegable, pues fue un político que accedió rico a la política y salió de ella pobre, además de vilipendiado por la dictadura franquista. En el primer Gobierno provisional de la República fue ministro de Marina; después ocupó la cartera de Gobernación hasta octubre de 1933, teniendo que afrontar importantes problemas como fueron los trágicos sucesos de Castilblanco, Arnedo y Casas Viejas. Con el triunfo del Frente Popular, en febrero del 36, el presidente del Gobierno le nombró ministro de Obras Públicas, y en mayo del mismo año, al ser nombrado Azaña presidente de la República, Casares ocupó la jefatura del Gobierno, al mismo tiempo que desempeñaba el ministerio de Guerra. Al producirse el alzamiento del 18 de julio presentó la dimisión, exiliándose posteriormente en Francia hasta su muerte.