El alcalde participó ayer en la plantación de los primeros 22 árboles Losada destacó la importancia de acciones simbólicas de reconocimiento femenino
10 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.? Javier Losada le tocó echar tierra en el cepellón de la quercus ilex (en román paladino, encina) dedicada a la mayor defensora del voto femenino, Clara Campoamor. Mediodía radiante, numerosos vecinos y más vecinas acompañaron al alcalde en la plantación de la primera fase del que bautizó como Bosque de las Mujeres, que, según aseguró, irán extendiéndose año año por el parque de San Diego en una especie de monumento vivo en homenaje a destacadas defensoras del protagonismo femenino en el desarrollo social. La de ayer fue la primera plantación y en total se colocaron 22 ejemplares de lagunarias, prunus y encinas en la zona central del parque. Bajo cada uno de ellos, una placa metálica recuerda el nombre de una mujer que salió del anonimato e hizo historia, con su lugar y fecha de nacimiento, su actividad y su acción más destacada. Además de recoger enhorabuenas, y también quejas y peticiones -como que se mejore el cierre del estanque para evitar la caída de algún niño-, el alcalde quiso significar la «brillante idea del equipo de Servicios Sociales», al que se debe la iniciativa de reconocer la labor de las mujeres con la creación de un bosque. Igualdad «Seguimos con los simbolismos», dijo Javier Losada, quien subrayó que los ejemplares plantados ayer recuerdan a otras tantas vidas «con repercusión en la lucha por la igualdad». «Son mujeres símbolo de la historia de este mundo -agregó-, en el que siempre han tenido que demostrar que son iguales». En esa lucha esa por la igualdad, el dirigente del gobierno local consideró que deben llevarse a cabo «acciones reivindicativas, educativas, sociales..., pero también de recuerdo y reconocimiento». Losada mostró su confianza en que la recién aprobada ley de la igualdad supondrá «un salto cualitativo muy importante, que nos situará en una posición privilegiada», pero quiso sobre todo destacar lo esencial de gestos simbólicos como el de ayer. «Me ha parecido oportuno compartir esta plantación con todas las personas que han querido acercarse hasta aquí -señaló-, hombres y mujeres a los que pido que sientan como suyo cada árbol, que lo cuiden, pero sobre todo que se paren y expliquen quién fue cada mujer a otras generaciones, porque en esta carrera nunca debe darse ni un paso atrás».