Por primera vez un hombre fue el vencedor en la categoría principal Entre el público asistente y los concursantes había un buen número de personas disfrazadas
19 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.?l concurso de filloas de Radio Voz llegó ayer a su 22 edición con un éxito de participación total. Al final, las 250 plazas a las que estaba limitada la inscripción no fueron suficientes para dar cabida a la avalancha de peticiones de los últimos días. Muchos de los espectadores y participantes acudieron disfrazados al Palacio de la Ópera, donde se instalaron varias mesas que se fueron llenando de bandejas hasta abarrotarse. De las tres modalidades a las que los participantes podían presentarse, este año se llevaron la palma las filloas elaboradas con caldo, que además fueron las que provocaron más debate entre los miembros del jurado. Las finalistas en esta sección fueron once, y entre las elaboradas con leche, cuatro. El premio a la originalidad se lo llevaron dos langostas modeladas con varias filloas de un espectacular color rojo. En su interior -cómo no-, cóctel de marisco. María Isabel Rodríguez, su autora, recordó que no es la primera vez que se decanta por rellenos insólitos. Recibió el premio de manos de Vituco Leirachá. En este apartado, David Pernas Vilariño, que en las últimas ediciones se ha convertido en uno de los clásicos del concurso, recibió un accésit por una bandeja que tituló As xoias do antroido. Para elegir las mejores filloas rellenas no fue necesario decidir entre finalistas, ya que el jurado se decantó directamente por las de Rosa Gómez Rama, que venció por cuarta vez en esta sección. «Creo que este año aún me han salido mejor que el pasado», dijo. El secreto: «Las hago temprano para que estén fresquitas y a veces utilizo azúcar de vainilla». Los premiados en las principales categorías fueron Isaura Pérez Ferreiro, para las elaboradas con leche, y David Patiño Grobas, que presentó unas filloas de caldo de las que el jurado destacó su «magnífica textura y el sabor extraordinario». Es la primera vez que un hombre vence en la modalidad más concurrida.