Un hombre sentado al piano

La Voz

A CORUÑA

EDUARDO

El pulso de la ciudad Ramón Miranda, de 88 años, leyó el pregón de la Casa de Aragón y contó que dejó las clases de música por la Guerra Civil y las retomó 60 años después

12 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?l piano es mayor que él, tiene 136 años, pero se conserva en tan buen estado como la persona que ha tocado sus notas desde hace décadas. Les presento a Ramón Miranda Mur , un entrañable jubilado natural de Barbastro que esta semana tuvo la oportunidad de leer el pregón de la Casa de Aragón en A Coruña, la ciudad en la que reside desde que en 1950 vino y conoció a una gallega. Los que le escucharon se quedaron maravillados por la despierta cabeza de este coruaragonés de 88 años y por su original historia musical. A pesar de su avanzada edad acudió hasta hace nada a la Escuela Municipal de Música donde retomó en 1996 una afición que tuvo que dejar 60 años antes. «Desde pequeño me gustaba la música y mi padre me compró el piano. Tenía de profesor al organista de Barbastro pero en julio del 36, con la nefasta guerra, todo se acabó», relata con pena Ramón que fue prisionero de los dos bandos. Años después se trajo el piano familiar y aprovechó la inauguración de la escuela del Ayuntamiento y el hecho de que se matriculase su nieta de diez añitos para, a su 80 años, volver a recibir clases. «En el cerebro tenemos un disco duro fantástico», dice, sentado al piano, este hombre que tuvo la satisfacción de escuchar en su tierra natal como la banda de la localidad interpretaba una composición suya. ?a siguiente protagonista tiene 14 años más que el anterior. Dolores Temprano Mariñas celebró ayer, día del Pilar, su 102 cumpleaños en las instalaciones del Casino en A Zapateira. La familia organizó una gran fiesta, con gaiteiro incluido, para agasajar a esta mujer que fue cigarrera y que «tiene la cabeza mejor que la mía», afirma una de sus numerosas sobrinas. ?l festivo lo aprovecharon ayer miles de coruñeses para practicar su deporte favorito. Para Manuel Javier Cea Vilariño fue el día de su despedida de los campos tras su retirada del fútbol aficionado a los 40 años de edad. Su trayectoria es, simplemente, ejemplar. Durante casi dos décadas defendió los colores de un histórico, el Marino de Mera, en el que ejerció de capitán hasta colgar las botas. Jugó centenares de partidos como central y puede presumir de no haber sido expulsado jamás por un árbitro de un terreno de juego. «Va con mi carácter, yo soy así, tranquilo, decían que me parecía a Djukic cuando jugaba», comenta en RadioVoz. En señal de agradecimiento por todo lo que aportó al club ayer le tributaron un homenaje en el vetusto campo de O Xabrón en el que equipo local se enfrentó al Sporting Sada. «Ahora sigo como tesorero y ayudando a los chavales que empiezan», afirma con humildad. «Es un ejemplo para todos», sentencia el presidente del club, Fernando García Sánchez . El puesto de la Guardia Civil de Betanzos promovió, con motivo de la celebración de su patrona, un partido de fútbol sala. El primer clasificado fue el equipo de Protección Civil de Betanzos, el segundo fue el de la Policía Local, el tercer puesto le correspondió a la Guardia Civil y el cuarto a los bomberos del parque comarcal. La entrega de los trofeos se celebró en Os Arcos, donde se sirvió un vino español. Con motivo de la festividad del Pilar también se ofició una misa en la iglesia de Santo Domingo y posteriormente actuó la Banda Municipal de Música.