Un concurso divulga la enorme repercusión de la técnica espacial en la vida cotidiana

La Voz LA VOZ | A CORUÑA

A CORUÑA

06 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El microondas fue inventado para que los astronautas pudieran calentar la comida en la Estación Espacial Internacional. Los tejidos con los que se hacen los trajes de los astronautas sirven ahora para elaborar las zapatillas deportivas. La telemedicina surgió por la necesidad de mantener bajo observación a los astronautas. Los códigos de barras tuvieron como primer uso el de controlar «todas las piezas que llevaba un cohete espacial». Estos curiosos ejemplos de aplicación de las técnicas espaciales a la vida ordinaria fueron citados ayer por Javier Cacho, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Inta, en la presentación del concurso escolar que lleva por título El espacio en la vida cotidiana. El certamen, que nació dentro de unos actos de homenaje a Pedro Duque, llega a su tercera edición y entre las entidades colaboradoras figuran los museos científicos coruñeses y el Ayuntamiento. Entre los objetivos del concurso están, además de descubrir el uso cotidiano de la tecnología espacial, divulgar los beneficios de dicha actividad y estimular las vocaciones científicas ya que, según Cacho, «hay una disminución de las carreras científicas y tecnológicas por lo tratamos de descubrir posibles vocaciones entre los participantes en el concurso». El certamen está destinado a estudiantes de segundo ciclo de la ESO y de bachillerato y podrán participar en equipos de tres o cuatro y un profesor o un tutor relacionado con el mundo educativo o el sector aeroespacial. Las categorías son experimental, para construir modelos didácticos relacionados con la tecnología espacial, narrativa o cómic, tecnológica («un trabajo sesudo y académico de investigación», indicó Cacho) y de animación informática. Los trabajos deberán presentarse del uno de enero al 28 de febrero del próximo año. (Más datos en www.concursoespacial.com)