Los talleres cambian decenas de retrovisores rotos por los vándalos

Carmen V. Valiña Laureano López A CORUÑA

A CORUÑA

El espejo de un Ford cuesta sobre 80 euros, a los que hay que sumar IVA y mano de obra Sustituir esta pieza en un Kia Picanto sale por 35 euros. En un Porsche, por 700

01 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

«Depende de si la tanda de vándalos afecta a la zona». José Manuel Meilán, responsable de un concesionario Peugeot de la ciudad, tiene muy clara la causa que determina que cada mes tenga que reponer más o menos espejos retrovisores en los vehículos de sus clientes. Por eso no es capaz de ofrecer una cifra fija del número de piezas que tiene que cambiar semanalmente: «Debe coincidir, por un lado que los cristales aparezcan rotos a lo largo de la semana, y por otro que esa rotura se produzca cerca de la zona en la que tenemos el concesionario, para que los clientes se acerquen hasta aquí». Sin ser tan explícitos, en el hecho de que gran parte de este tipo de piezas se rompen a consecuencia de actos vandálicos o causas desconocidas- «aparecen rotos», según comentan en el centro Porsche- coinciden gran parte de los concesionarios de la ciudad consultados. Claro que el vandalismo no es la única causa de que algunos concesionarios tengan que cambiar hasta doce retrovisores a la semana. Hay quien apunta también hacia otros posibles motivos: la rotura por acercamiento de otro vehículo o durante la maniobra de aparcamiento, el mal funcionamiento de los propios retrovisores, que obliga finalmente a los conductores a sustituirlos por otros nuevos, el despiste de ciertos transeúntes que se apoyan en ellos sin percatarse de que los están rompiendo. Desde el taller de Edelmóvil resumen los posibles motivos: «A veces aparecen colgados, otras un coche los rompe y se va sin más, también existen casos en los que la causa son los actos vandálicos». Precios variados Sean cuales sean las causas que provocan la rotura, la consecuencia es siempre la misma: los clientes se ven obligados a sustituir una pieza que resulta esencial para el uso del vehículo. Los concesionarios coruñeses cambian una media de ocho retrovisores por semana, si bien en algunos la cifra se eleva hasta doce. La sustitución de los espejos no es precisamente barata: modificar cada uno en un Kia Picanto cuesta 35 euros, el precio más barato de todos los consultados. De hecho, esta marca y Toyota resultan de las más económicas. Lujo e impuestos Otras más comunes entre los consumidores alcanzan precios superiores: entre 40 y 200 euros los Opel; entre 60 y 300 los Renault; entre 50 y 150 los Citröen y una media de 80 en el caso de Ford. Claro que el lujo de un coche también se mide por sus retrovisores: cambiar el de un Aston Martin, un Porsche o un Bentley tiene precio de salario: 700 euros. A estos totales hay que sumar todavía un IVA del 16% y la mano de obra, que suele disparar un 30% el coste total del servicio. Dentro de cada marca, las diferencias vienen determinadas por el mecanismo que «pone a andar» el retrovisor: aquí, los avances tecnológicos también se pagan, y un espejo eléctrico resulta más caro que uno que el conductor mueve manualmente. También el color influye: quizás estemos más fashion combinando los espejos de nuestro coche con la carrocería, pero también lo pagaremos. El negro puede que resulte menos estético, pero es más barato. Tanto el 091 como el 092 han detectado en los últimos meses a jóvenes causantes de destrozos en coches: retrovisores, tapacubos y antenas eran sus principales objetivos.