La Xunta autoriza una prospección de la flota hundida de Moore

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CÉSAR QUIAN

Los pecios se encuentran sumergidos en aguas del puerto frente al castillo de San Antón El proyecto, que se prolongaría durante tres meses, exige un presupuesto de 54.000 euros.

03 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

La historia naval coruñesa está a punto de escribir un nuevo capítulo en su particular lucha por rescatar del olvido los numerosos tesoros que se ocultan bajo la superficie del mar. La Xunta, a través de la Consellería de Cultura, confirmó que ha decidido conceder una licencia de prospección en las aguas del puerto coruñés, frente al castillo de San Antón, bajo las cuales se encuentran hundidos los pecios de siete barcos pertenecientes a la flota del famoso general británico sir John Moore. Por el momento, como se recalca desde Cultura, se trata únicamente de un permiso para efectuar un reconocimiento visual, de tal forma que la Autoridad Portuaria pueda estimar el valor de los restos que se encuentren en el fondo. No se podrá efectuar, por tanto, bajo ningún concepto, ninguna labor de extracción. Vieja aspiración Sin embargo, ésta es la idea que persigue desde hace tiempo la asociación Royal Green Jackets, que dio a conocer hace tres años su propuesta a Francisco Vázquez, alcalde de A Coruña. Los principales promotores del proyecto son Alejandro Caramés, delegado de la sección de actividades subacuáticas del Club del Mar y miembro de dicha asociación, y el submarinista y arqueólogo Miguel San Claudio. Caramés y San Claudio no sólo defienden que los pecios están perfectamente localizados, sino también que las expediciones para su rescate carecen de complicación, dado que se encuentran en zonas de fácil acceso. Coste reducido El grupo que encabezan elaboró un presupuesto de 54.000 euros para una labor que se prolongaría por espacio de tres meses. La propuesta obra en conocimiento del Ayuntamiento, que la ha mantenido en proceso de estudio. La prospección que ahora se autoriza puede ser el primer paso para que, en un período de tiempo todavía por concretar, se termine dando luz verde al proyecto. Una de sus principales ventajas es, precisamente, su bajo coste, especialmente si se compara con las cantidades que se manejan en otros países como Estados Unidos o Inglaterra, donde, según el investigador Luis Gorrochategui Santos, se llevan a cabo operaciones mucho más caras sin apenas datos de la localización de los fragmentos de las naves naufragadas. El coste de la operación no es, en principio, el principal inconveniente de la prospección. Sin embargo, la Autoridad Portuaria prefiere cerciorarse primero de hasta qué punto los restos poseen el valor que le atribuyen Alejandro Caramés y Miguel San Claudio. Una vez se haya efectuado la comprobación visual, y con todos los datos en su poder, el viejo sueño de los dos arqueólogos de rescatar los pecios del olvido submarino puede estar más cerca que nunca de convertirse en una realidad.