«Un aviso para los que tengan algún tipo de afán especulativo»

La Voz

A CORUÑA

19 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Un mes después de lograr su sexta mayoría absoluta, Francisco Vázquez levantó el telón de la expropiación de Tabacos. Fue un golpe de efecto que marcó el inicio de su nuevo mandato: sobre la fábrica cerrada por Altadis se levantarán 400 viviendas de protección pública flanqueadas por un gran parque. El edificio histórico, construido en el siglo XVIII para el Servicio de Correos Marítimos, albergará las concejalías del Ayuntamiento. Los nuevos pisos, que tendrán un precio de 120.000 euros, se han convertido en un verdadero fenómeno social antes de que se haya aprobado siquiera la expropiación: Un primer cálculo del Ayuntamiento estimó en 5.000 las familias que se presentarán al sorteo que adjudicará las viviendas. La iniciativa nació en el restaurante Martín Berasategui de Lasarte. Francisco Vázquez había emprendido un viaje por el País Vasco para apoyar a los candidatos socialistas durante la campaña de las últimas elecciones municipales, y allí se enteró de que el regidor de San Sebastián, Odón Elorza, se había subido a la reja de la tabaquera donostiarra para asegurar que no cerraría mientras él fuese alcalde. Burbuja inmobiliaria Fue entonces cuando Vázquez pensó en expropiar la parcela de Altadis y usarla como arma contra la burbuja inmobiliaria coruñesa. El día 21 de junio presentó la iniciativa ante la prensa: «Altadis no tiene nada que hacer jurídicamente. Esto es un aviso para todos los que tengan algún tipo de afán especulativo», avisó Francisco Vázquez, que confesó su ilusión porque la actuación «sirva para compensar los sinsabores que el cierre de una fábrica más que rentable, y vinculada tan estrechamente a la historia de la ciudad, ocasionó a los trabajadores y a todos los coruñeses». Ese mismo día las cigarreras, entre la euforia y el escepticismo, recibieron la noticia como una suerte de venganza por cuenta ajena: «Que Altadis pague por hundirnos», reclamaron.