Setenta jóvenes emprendedores abren el sector empresarial coruñés

Víctor Omgbá A CORUÑA

A CORUÑA

Están afiliados en la AMJE, una asociación que les ampara con ayudas y créditos blandos Son muchos los que, con «ideas geniales», acaban aparcándolas por culpa de trámites a veces «agobiantes»

09 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Setenta. Es un número redondo. Es el número de jóvenes empresarios coruñeses, de menos de treinta años, que se han lanzado a las arriesgadas aguas de la creación de empresas. Con un puñado de euros, un océano de voluntad y el coraje de toreros, pusieron el dedo en el botón de despegue para sus negocios. Algunos llevan cerca de diez años en el sector. Empezaron con dieciocho; otros lo han hecho en los dos últimos años. Lo importante: viven y hacen vivir sus negocios, negocios que despuntan hoy en el mercado laboral coruñes, compiten a nivel nacional e internacional y facturan miles de euros al año. Saben lo que hacen. Intituyen lo que gusta y hace falta a una sociedad consumista como la coruñesa y han echado sus tentáculos tanto en las áreas de ocio como en la informática, la moda o la pesca. No todos tienen esa suerte. Por ello son especiales. Luis Villariño, Álvaro Ramos y Sandra Armas son algunos de ellos. Detrás del brillo tenue de sus iris aflora responsabilidad, la iluminación que le llegó, esa llama viva de la creación. Porque crear una empresa requiere hoy en día un considerable esfuerzo. Según la Cámara de Comercio, «no sólo cuesta inversión, tiempo y dinero, sino que conlleva una parte importante de riesgos, además de los trámites y gestiones necesarias para ponerla en marcha». Las buenas ideas han sobrado siempre. Lo que se constituye como uno de los mayores impedimentos son muchas veces los trámites burocráticos; «agobiantes», informan algunos jóvenes empresarios, trámites que se interponen en su camino, cuando no se desdibuja, como un escollo, la falta de apoyo financiero. «Los bancos no confian en proyectos aún sin iniciar», precisa otro joven. Para ellos, crear una empresa es revalorizar e incrementar el sentido de la responsabilidad. «Todos los jóvenes pueden crear una empresa. Pero hace falta tener la cabeza en su sitio, echar mano a la prerseverancia, suerte, voluntad, trabajo y kilómetros de paciencia», declara Álvaro Ramos.