Cronómetro | Begoña Aranguren Obsesa del ser humano, confiesa que le fascina hurgar en las mentes y en las almas ajenas. Eso ha hecho con Emanuela de Dampierre, una mujer «muy interesante»
09 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.?e gusta conocer gente. Y explorar en sus vidas. A Emanuela de Dampierre la persiguió durante años. «Fue un proceso larguísimo y durísimo. Ella era muy reacia», explica la periodista y escritora Begoña Aranguren (Bilbao, 1949), que ayer presentó en la librería Arenas la biografía de una mujer a la que define como «alguien que está total y absolutamente sola en el mundo. Al final, esa imagen de frialdad se desvanece y te queda una inmensa ternura». -En ningún caso. Se trata de recuperar esa parte de la historia perdida. Creo que ya somos mayores para saber todo lo que pasó y poder comprenderlo. Doña Emanuela de Dampierre, a sus 90 años, sólo busca reivindicar las figuras de sus hijos, a los que considera maltratados por la historia. -¿Desvela por fin el misterio del arreglo del matrimonio de Alfonso de Borbón con Carmen Martínez-Bordiu? -Al margen de que esa unión sí estuvo capitaneada por el padre de ella, el marqués de Villaverde, Don Alfonso de Borbón se casó muy enamorado de Carmen, una chica guapísima y muy sonriente. Es lógico que existan dudas sobre si se casó para ser rey, pero en ese momento Franco ya había decidido restablecer la monarquía. -Y Emanuela de Dampierre ¿está resentida? -No exactamente. Pero tampoco satisfecha con el trato que se le dio a ella, a su marido y a sus hijos. Al fin y al cabo, forman parte del eslabón perdido de la historia de España. -¿Se guardó algo incómodo para la monarquía? -No. Lo fundamental para la biografía está todo, sólo que a veces hay que leer entre líneas para entender lo que se quiere decir y no se ha plasmado en el texto.