El proyecto Bofill de 1986 acabó siendo desechado por su estilo mediterráneo

La Voz

A CORUÑA

La reforma de la Dársena incluía la construcción de un edificio de quince pisos y una gran columnata griega Tuvo una presentación de lujo en el palacio del Kiosco Alfonso, presidida por el entonces vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, pero acabaría siendo desechado ante la contestación de que fue objeto por un amplio sector de la ciudadanía, que contó con voces tan diversas como las de Carlos Martínez-Barbeito, Díaz Pardo o Camilo Nogueira. Se trataba del proyecto «La Coruña del año 2000», original del urbanista catalán Ricardo Bofill y en el que se percibía una clara influencia mediterránea.

17 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

CARLOS FERNÁNDEZ A CORUÑA La reforma de la Dársena, la construcción de un paseo marítimo que enlazaría esta zona con la de San Roque, y la conversión del área de la Torre de Hércules en un gran parque celta eran la esencia del ambicioso proyecto presentado por Bofill el 16 de diciembre de 1986 en el Kiosco Alfonso. Bofill incluía en su proyecto de la Dársena elementos de influencia mediterránea, como unos enormes obeliscos en las esquinas de la Marina y unos laterales en la hasta entonces pintoresca dársena, convertida en plaza de agua, llenos de columnas y capiteles que le daban un aspecto de templo griego. El edificio del Club Náutico desaparecía y donde estaban los carros varaderos surgía una torre de quince pisos. La protesta ya comenzó el mismo día de la presentación del proyecto: un alumno de la Escuela Superior de Arquitectura se desnudó ante el vicepresidente del Gobierno. También los arquitectos coruñeses decían que el proyecto (costó más de cien millones de pesetas) había sido adjudicado sin la convocatoria previa de concurso. Bofill había contado con la colaboración del diseñador urbano coruñés Vázquez Liñeiro, autor, junto con los miembros de su Taller de Arquitectura y Urbanismo, del estudio ecológico de la península de la Torre. La Voz sirvió de ágora de la discusión ciudadana y, así, expusieron sus opiniones adversas al mismo personalidades tan dispares como Carlos Martínez-Barbeito, Isaac Díaz Pardo y Camilo Nogueira.