Cuando el barrio es una pesadilla: los mil vecinos que no duermen en el Orzán

Mila Méndez Otero
m. m. otero A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

«Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas para poder dormir», apuntan desde la Asociación de Vecinos Ensenada del Orzán
«Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas para poder dormir», apuntan desde la Asociación de Vecinos Ensenada del Orzán MARCOS MÍGUEZ

Los residentes han contabilizado en una auditoría unos 50 locales «conflictivos» que, aseguran, han roto la convivencia

28 ene 2020 . Actualizado a las 18:16 h.

Desde el Museo de Belas Artes hasta la plaza de Pontevedra de A Coruña hay unos 7.000 residentes, calculan en la Asociación de Vecinos Ensenada del Orzán. «Al menos mil de ellos, uno de cada siete, no pueden dormir por las noches», exclama José Luis Méndez. La movida nocturna, cuya «penitencia» llevan sufriendo «cuarenta años», ha sobrepasado sus límites. El colectivo ha elaborado una auditoría sobre el estado de las calles donde la fiesta dura toda la semana, y las 24 horas del día.

El documento ha sido enviado «a todos los grupos políticos», remarcan. «Tenemos miedo. Sufrimos amenazas y hemos modificado nuestros hábitos de vida para evitar caminar por ciertas calles según qué hora. Es nuestro Bronx», dice una residente.

Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas

Un área de 10 hectáreas

Sus problemas se concentran en una superficie de diez hectáreas que han dividido en cuatro zonas. Las más problemáticas son la que transcurre desde la plaza de Pontevedra hasta la mitad de San Andrés y Orzán -y en la que se encuentran la calle Vista o las plazas Cormelana y Sellier-, y la de la otra mitad de Orzán hasta Belas Artes, donde están la calle Sol o Socorro.

En función «de las denuncias e incidencias reportadas a la Policía Local», destacan, han elaborado un mapa de riesgo. Diferencian entre locales «óptimos», aquellos en los que la actividad hostelera se desarrolla sin incidentes, son 17. Después están los «aceptables», es decir, «locales con los que hemos convivido siempre», 14; luego van los «molestos», 22; los «nocivos», 23, y, por último, los «puntos negros», cinco.

Tenemos miedo, sufrimos amenazas y cambiamos nuestros hábitos de vida, es el Bronx

«Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas para poder dormir», apuntan desde la Asociación de Vecinos Ensenada del Orzán
«Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas para poder dormir», apuntan desde la Asociación de Vecinos Ensenada del Orzán MARCOS MÍGUEZ

«Unos 50 locales, el 62 %, son perjudiciales para los que vivimos aquí. No exageramos. Esto antes era una zona de copas, ahora es un entorno delincuencial. Hay narcotráfico, operan clanes, se suceden peleas con incautaciones de arma blanca, sobre todo en la zona de las calles Socorro y Sol, acumulamos destrozos de mobiliario y el ruido dura hasta el amanecer», detalla José Luis Méndez.

«Muchos se marcharon, otros trasladaron el dormitorio al pasillo o toman pastillas para poder dormir», alegan. Es su último intento para salvar la zona.

El ruido generado, alegan, incumple «14 normativas»

Hartos de la «saturación de ruido» han encargado un estudio sobre contaminación acústica. «Se llega a incrementar 41 decibelios el ruido de la calle. Los after están abiertos hasta las once de la mañana», dice José Luis Méndez. Una compañera, subraya: «Se incumplen hasta 14 normativas sobre el orden en el espacio público. Leyes y decretos estatales, normas autonómicas y ordenanzas municipales. La excusa con la que se diluye el problema por parte del Ayuntamiento siempre ha sido la misma: falta de patrullas».

Traspasos

«La mayoría de los locales a los que nos referimos tienen licencia de café bar, cuando muchos son after. Los hay que acumulan decenas de expedientes, pero como se traspasan continuamente, no les pasa nada», exponen desde la asociación de vecinos. «Queremos hacer este problema visible. Los políticos llevan años dándonos la espalda», termina José Luis Méndez.