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La viticultura en la Ribeira Sacra es cosa de héroes. De viticultores y bodegueros que cuidan y cultivan el viñedo en cada uno de los bancales ubicados a orillas de los ríos Miño y Sil. Es un trabajo artesanal, que implica subir y bajar esas escarpadas laderas día tras día y que son la imagen de una forma de vida, de un paisaje que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad.

Ribeira Sacra tiene alma de tinto, de esos mencías limpios y brillantes, con tonalidades que van desde el rojo cereza a los ribetes púrpuras. La variedad estrella convive con otras igual de singulares, como Brancellao, Merenzao o Caíño Tinto, que convierten a esta tierra en el alma de los tintos gallegos. Pero también es tierra de blancos, de albariños, godellos y treixaduras, vinos francos en nariz con recuerdos de flores blancas.

Todo ese trabajo y pasión le valió a las bodegas de esta denominación de origen tres premios en la última Cata dos Viños de Galicia, que organizó la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal). El Acio de Ouro al mejor blanco de la denominación de origen fue para Viña Vella, mientras que el de los tintos se lo llevó Casa Moreiras. A mayores, también consiguió un Acio de Prata en tintos de elaboración en madera para Quitapesares, de Adega Vella. 

Un Rías Baixas, el mejor blanco gallego

La denominación de origen del albariño fue otra de las que triunfó en la Cata dos Viños de Galicia, logrando un total de doce galardones. El principal fue para el albariño Pazo de Rubianes, que se llevó el Acio de Ouro al mejor blanco del concurso. Además, los mejores vinos de esta marca de calidad fueron Esencia Diviña, que se llevó el Acio de Ouro, Valmiñor (el de plata) y Arantei La Val (bronce). Otras tres elaboraciones triunfaron en la categoría de elaboraciones con madera. Fueron Eido da Fonte, que se llevó el oro, y Colección Nai e Señora y Terra de Asorei barrica de carballo, ambas de la bodega Terra e Asorei y que se hicieron con el bronce y la plata.

Esta misma bodega logró también el Acio de Ouro al mejor espumoso, para su Terra de Asorei brut nature. Y su Nai e Señora del 2022 fue también premiado con un Acio de Prata en la categoría de vinos de cosechas anteriores. Aquí fueron otros dos  Rías Baixas los que se llevaron el oro y el bronce, el Dávide del 2022 y el Manuel D'Amaro 2017, de Señorío de Rubios, respectivamente. Por último, Lagar da Cachada, de Ricardo Abal Padín, se hizo con el Acio de Ouro en la categoría de blancos para los vinos de pequeños cosecheros y de pequeñas bodegas.