«En válvula aórtica, el 95% de los pacientes se benefician de la cirugía mínimamente invasiva»

¿Se imagina operarse del corazón y salir caminando al cuarto día del hospital? La incorporación de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas permite a los pacientes volver a trabajar tres semanas después de someterse a cirugía cardíaca.

Esto supone una enorme diferencia respecto a la cirugía clásica, donde se abre el pecho para dejar al descubierto el corazón, cortando hueso y tejidos circundantes, lo que implica una dolorosa recuperación de varios meses con restricciones en la movilidad y actividades del día a día.

Exploramos las posibilidades de las técnicas mínimamente invasivas para las operaciones del corazón con el doctor Carlos Velasco, especialista en Cirugía Cardíaca del Hospital San Rafael.

—¿Qué diferencia una cirugía cardíaca mínimamente invasiva de la tradicional operación a corazón abierto?

En realidad, existen diversas técnicas mínimamente invasivas para diferentes tipos de patologías. Tienen en común que permiten realizar incisiones más pequeñas y minimizar la agresión, mientras que la cirugía cardíaca tradicional practica abordajes más amplios incrementado los riesgos de sangrado y prolongado la recuperación.

En la cirugía de válvula mitral, por ejemplo, a través esternotomía media, se corta el esternón por la mitad para acceder al corazón. Con la opción mínimamente invasiva se hace una incisión de 5 centímetros entre las costillas y se usa una cámara para asistir a la visión. En cirugía coronaria, se evita por completo la circulación extracorpórea, apostando por técnicas que no requieren el uso de la máquina de corazón-pulmón y realizando la cirugía a corazón latiendo

Para los cirujanos, la cirugía cardíaca mínimamente invasiva es más exigente a nivel técnico. Requiere de un equipo de profesionales con alta cualificación y mucha experiencia.

—¿Qué ventajas ofrecen las técnicas mínimamente invasivas para el paciente?

La clara ventaja para el paciente es que tiene una recuperación más corta, con menor riesgo de sangrado, posibilidad de extubación precoz y es menos dolorosa, ya que el tamaño de la herida es mucho menor y se alteran menos los tejidos circundantes.

Con las técnicas mínimamente invasivas, el paciente recibe el alta hospitalaria a los 4 o 5 días y puede hacer vida normal e incorporarse a la vida laboral a las 2 o 3 semanas. En la cirugía clásica, la fractura esternal tiene que consolidar, el mayor sangrado postoperatorio aumenta la sensación de cansancio y el paciente puede tener molestias hasta 3 meses después de la intervención.

—¿Qué patologías cardíacas se pueden tratar con técnicas de cirugía mínimamente invasiva?

-Potencialmente en prácticamente cualquier patología se puede utilizar en cirugía coronaria, valvular aórtica, de válvula mitral y tricúspide. También para tratar defectos del tabique interauricular, tumores y alteraciones del ritmo como la fibrilación auricular.

Sin embargo, no es para todos los pacientes, comorbilidades o características anatómicas específicas pueden hacer desaconsejable la cirugía mínimamente invasiva. Cada caso debe estudiarse de forma individual, valorando si la opción de cirugía mínimamente invasiva supone un incremento de riesgo mayor que la tradicional, en cuyo caso se descarta.

Las técnicas mínimamente invasivas tienen que ofrecer un valor añadido en seguridad para el paciente respecto a la cirugía tradicional, no solo estética y comodidad.

También depende de la operación. En válvula aórtica, el 95% de los pacientes se benefician de la cirugía mínimamente invasiva, ya que hay muchos tipos de abordajes: carotídeos, femorales, transapicales y por miniesternotomía superior. Un paciente siempre se puede beneficiar de uno de estos cuatro abordajes en cirugía aórtica.

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