Agua arriba por el río que te hace olvidar las fronteras
Ponte de Lima cuentos, mitos y leyendas..

Dicen que la vida debe fluir como un río. Que encontraremos todo lo que nos hará felices. El río Limia-Lima. está ahí. Siempre ha estado. Es parte del paisaje. De las experiencias. Sus aguas cuentan recuerdos. Intercambio transfronterizo e historias de dos pueblos a lo largo de 108 kilómetros. El río borra la frontera con su caudal. Nos hace olvidarla traza una línea de unión entre las gentes. Potencia los valores humanos y culturales a partir de sus recursos naturales y todo lo que estos pueden brindar.

A la Limia-Lima se le llama la frontera olvidada. Con cariño. Miñotos y gallegos lo han cruzado durante siglos sin reparar en los límites. Sin darse cuenta de que había líneas de corte, de delimitación, entre los bajos de la ribera y los altos del Parque Nacional de Peneda-Gerês, del lado portugués, y, del lado español, el Parque Natural de la Baixa Limia-Serra do Xurés . La comunicación se hizo más cercana. En los afectos, en los gestos y también en la lengua.

Se crearon proyectos. Uno de ellos, denominado Frontera olvidada, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarro-llo Regional (FEDER) a través del programa Interreg V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020, destinado a poner en valor este hábitat, en un desarrollo conjunto. “El objetivo principal es desarrollar continuamente una estructura de gestión y promoción que mejore el aprovechamiento turístico de la zona”, comienza refiriendo Nuno Abreu, técnico del municipio de Ponte de Lima vinculado directamente con el proyecto. “En un amplio conjunto de actividades continuas es posible identificar, destacar y promover, de manera coordinada, el patrimonio natural, cultural y paisajístico de las zonas aledañas al río”, añade.

Nos dirigimos hacia el río, en medio de Ponte de Lima, y bebemos de los mitos y leyendas, curiosidades y hechos históricos que marcan la ciudad más antigua de Portugal y sus monumentos. De vemos fluir el agua ante un puente que, en realidad, son dos. Esto se debe a que está formado por dos tramos bien diferenciados, uno romano y otro medieval. La primera se habría levantado en el siglo I, ya que por ella pasaba la vida de César Augusto. Con el paso de los años y las experiencias, debido al desplazamiento del cauce del río, fue necesario continuar el puente, naciendo el medieval con características góticas.

Del otro lado de la orilla también hay un caballero. Su figura se basa en una leyenda. El río Lima fue llamado el río Lethes, o el río del olvido. Cuentan que sus aguas encantaban a la gente, haciéndoles perder la memoria y nadie lo cruzaba, hasta que lo hizo el comandante romano Decio Junio Bruto quien, llegando a la otra orilla, llamó a todos sus soldados por su nombre, demostrando que no había perdido la memoria.

Hay otra historia curiosa sobre una Torre de la que se cuenta que registra la altura de las crecidas del río. La Torre de S. Paulo formó parte de la muralla que defendía la villa. En el lado que da al río, un panel de azulejos firmado por Jorge Colaço representa un episodio imaginario de D. Afonso Henriques, el primer rey de Portugal y el aio D. Egas, en el que confundieron cabras con enemigos.
En la misma torre, en la cara de la Rua do Postigo, hay una inscripción gótica, que dice 'Aquí llegó el río'.

Quien pasea por Ponte de Lima, a orillas del río, se encuentra con una avenida con varios nombres. Inaugurado el 8 de octubre de 1991, con el nombre de D. Luís Filipe, gracias a la visita del Príncipe al pueblo más antiguo de Portugal, fue rebautizado el 5 de octubre tras la implantación de la República. Pero siempre ha sido la sombra de sus plátanos centenarios la que aportaba frescura a una tarde de feria y mercadillo o un domingo, donde el frenesí y las concertinas se apoderaban de la ya conocida Avenida dos Plátanos, como siempre la llamó cariñosamente la población.
Hay más mitos y leyendas por descubrir en esta tierra en lo que incluso se cuestiona el origen. ¿Sería 1125 o 1163? El fuero, otorgado por la reina Teresa en 1125, presenta un documento de confirmación de 1163. En ese momento, el tiempo se marcaba por el calendario juliano (de Julio César). Fue a partir de 1422 cuando se cambió el sistema por orden del rey João I, y entró en vigor el calendario cristiano, en el que tenemos que descontar 38 años para buscar la equivalencia. Entonces 1163-38 = 1125.

Al otro lado de la orilla está Água-arriba, una réplica del barco tradicional, que se construyó artesanalmente. Se tardó 117 y 935 horas y se llama Ponte de Lima. Mide 15 metros, tiene capacidad para 30 personas y, durante el verano, brinda recorridos para los turistas, mientras pueden observar a los ciclistas en la ecovía o incluso practicar canotaje en el club náutico, cuna del gigante del deporte Fernando Pimenta, quien todavía este año alegró a los vecinos de aquellas costas al proclamarse campeón del mundo de maratón.
Así es vivir en la naturaleza, en una tierra llena de tesoros, un verdadero producto turístico, que también ofrece deliciosas ofertas enograsatronómicas. Cabe recordar que es en estas tierras donde la variedad Loureiro alcanza su plenitud y que confiere un alto frescor y refinamiento a los maridajes con los diversos manjares de Limia, donde, naturalmente, actualmente el "sarrabulho" reina. Efectivamente, resulta muy sencillo olvidarnos de la frontera, sin necesidad de cruzar el antiguo río del olvido...