Alberto Carneiro, arte ecológico

Alberto Carneiro fue, y continúa siendo, una de las grandes referencias de la contemporaneidad de las artes plásticas portuguesas». Con estas palabras presenta Álvaro Moreira, director del centro de arte Alberto Carneiro —ubicado en el municipio de Santo Tirso, en el distrito de Oporto— al escultor portugués.

El centro museístico que lleva el nombre del insigne escultor nació como un proyecto de iniciativa municipal destinado a «salvaguardar, investigar y difundir el arte contemporáneo, enmarcado en una estrategia cuyo principio fundamental es el desarrollo sostenible, la creatividad y la producción de conocimiento». Su misión es sensibilizar al público sobre la expresión artística a partir de la obra, el legado y los postulados de Alberto Carneiro, fallecido en el 2017.

Aunque nació en São Mamede de Coronado, el escultor está intrínsecamente ligado al municipio de Santo Tirso, no solo porque tiene obras expuestas en la ciudad, sino, fundamentalmente, porque fue el principal impulsor de un grandioso proyecto de arte público, estructurado en la realización de diez simposios, y que constituye la colección central y la fundación para la creación del Museo Internacional de Escultura Contemporánea Santo Tirso.

El centro de arte Alberto Carneiro fue constituido a partir de una donación del propio escultor, aún en vida. Hoy acoge diez esculturas monumentales y 1.800 piezas, entre diseños, esculturas, proyectos, maquetas y fotografías. El centro alberga también la biblioteca particular del escultor, que cuenta con 7.500 volúmenes, fundamentalmente dedicados a la historia del arte, la estética y la filosofía.

El centro, ubicado en la fábrica Santo Thyrso, tiene como principal objetivo la gestión de la colección del escultor, así como la ampliación de esta a través de donaciones y adquisiciones directas.

PREMIO NACIONAL DE ESCULTURA

El primer contacto de Alberto Carneiro con el mundo de la escultura tuvo lugar, a los 10 años, en una escuela de imaginería. Posteriormente, realizó estudios de escultura en la Escuela de Bellas Artes de Oporto y en Saint Martin’s School of Arts de Londres. También fue becario de la Fundación Calouste Gulbenkian en Oporto y Londres. En 1968 le fue concedido el Premio Nacional de Escultura.

A lo largo de su vida, Carneiro combinó su trayectoria como artista con la de docente en el Círculo de Artes Plásticas de la Universidad de Coimbra, en la Escuela de Bellas Artes de Oporto, y en la facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto.

Al mismo tiempo se dedicó al estudio de la psicología profunda, el zen, el tantra y el tao, al objeto de profundizar en las relaciones de los sentidos, de su cuerpo y de su mente y en la creación de su obra.

Según destaca el director del centro de arte de Santo Tirso, «Alberto Carneiro tiene tres áreas de intervención fundamentales. La primera, en tanto que artista. La segunda, como pedagogo. Y la tercera, en relación a con un conjunto de iniciativas que llevó a cabo para la constitución de parques de arte público».

Subraya Álvaro Moreira, director del centro de arte, que la figura de Alberto Carneiro sobresale «sobre todo porque desarrolló un trabajo absolutamente pionero a partir fundamentalmente de la década de los 70, tras de la publicación de Notas para um Manifesto de Arte Ecológica. Fue entonces cuando comenzó a desarrollar un experimentalismo puesto de manifiesto en un conjunto de trabajos muy influenciados por esos valores estéticos y por las filosofías orientales que, en el fondo, recentraban el estado de la naturaleza y de una estética universal».

«el cuerpo sutil»

El centro de arte Alberto Carneiro se ubica en un edificio de 1.100 metros cuadrados, dividido en tres plantas que albergan la zona expositiva —en su vertiente permanente y temporal—, el centro de documentación (archivo documental, bibliográfico y digital), y las áreas de recepción y tienda, de administración y de apoyo logístico al montaje de exposiciones.

El centro pretende constituirse como una referencia nacional en el panorama de las artes contemporáneas y en la reinterpretación de la memoria de los acervos artísticos de Alberto Carneiro, preservando su valor simbólico y documental, interpretando la necesidad de presentarse de forma reforzada, regenerada y prospectiva, a través de una acción de bisagra y de convergencia de valores entre la ciudad, los ciudadanos y el arte.

La conjugación del arte con la vida y la naturaleza encuentra en la obra de Alberto Carneiro una singular evidencia. Las obras propician el encuentro de vivencias y experiencias de libertad, a partir de las cuales el cuerpo físico y mental adquiere una nueva dimensión sensible, «el cuerpo sutil». Un concepto explorado por el escultor para expresar, a través del lenguaje, el paso de un estado a otro, de una percepción a otra, manifestación para la cual el artista trabajó incansablemente tanto en su faceta artística como en su vida.