Mitos y leyendas sobre Marilyn Monroe que deberías saber antes de ver su biopic
Muy pronto se estrenará la biopic de la leyenda femenina Marilyn Monroe en Netflix y por esa razón, hemos preparado un post para que conozcas todo sobre la famosa actriz y cantante de Hollywood, que conquistó a más de un corazón, porque no es un secreto para nadie que tuvo muchos amores y amantes.
Verdaderamente, fue una hermosa mujer y aunque los comentarios sobre sus operaciones son muchas, hay que recordar que para esa época los retoques plásticos aún no estaban tan evolucionados; lo que si es cierto, es que Marilyn Monroe es un icono femenino en todos los tiempos y a continuación te contamos sus mitos y leyendas, además de todo lo que debes saber antes de ver su biopic.
Los inicios de Marilyn Monroe
Marilyn Monroe o como muchos la conocen “el icono sexual del siglo XX” nació el 1 junio de 1926 y recibió el nombre de Norma Jean Baker, tuvo una infancia realmente fuerte, ya que por los problemas depresivos que sufría su madre paso largos tiempos de un hogar a otro e incluso llegó a ser violada en la adolescencia por uno de sus padres adoptivos; tras su drástica adolescencia se casó con apenas 21 años con un militar y comenzó a tener su propio hogar.
Tras los distintos pleitos ocasionados por las guerras, Norma al igual que muchas otras mujeres comienzan a trabajar en una fábrica donde se hacían piezas de aviación, ahí es donde un fotógrafo le hace la primera fotografía que la lleva al mundo del modelaje ya que su belleza es algo que siempre la ha caracterizado.
La rubia fue ascendiendo rápidamente y tuvo su primer divorcio. Con el tiempo incursionó en el mundo de la actuación y el canto; logró destacar en todo lo que hacía, pero sin duda alguna su faceta como imagen sexy cautivó los corazones de muchos hombres.
Mitos y leyendas de Marilyn Monroe
La sexy rubia logró cambiar la forma de vestir y pensar de muchas mujeres y se destacó siempre por su mirada seductora, unos hermosos labios rojos, su brillante cabellera y ese cuerpo esbelto que según mitos pudo haber pasado por las manos de los expertos del bisturí.
Sin embargo, cabe mencionar que para esa época las cirugías de busto aún no eran totalmente garantizadas; lo que, si es cierto, es que Marilyn utilizaba relleno en los sujetadores para hacer que sus pechos se vieran más grandes y provocativos.
La única verdad que se conoce sobre las cirugías plásticas de Norma es un injerto de cartílago en el mentón y una rinoplastia que justificaron diciendo que se había caído en una fiesta y se partió la nariz. Por otro lado, en su afán de convertirse en un icono de la belleza y ser perfecta llegó a utilizar prótesis dentales para lucir siempre una dentadura impecable. Lo realmente curioso es la habilidad para hablar y cantar con ellas.
Con relación a la activa vida amorosa de la actriz de “los caballeros las prefieren rubias" ciertamente tuvo diversos matrimonios los cuales no pasaron de un par de años, ya que los hombres con los que sostuvo relaciones no soportaban verla haciendo desnudos o con escenas tan sexys, recordemos que una de sus fotografías fue la portada de la famosa revista Playboy.
También hay que destacar que sufrió diversos abortos espontáneos, por lo que no pudo consolidar una familia, siendo esta junto a sus fracasos amorosos los causantes de la depresión que la llevó a la muerte.
El triste final de Marilyn Monroe
La chica que se inmortalizó con aquella escena en el tren, donde el viento levanta su vestido; murió en 1962 producto de una sobredosis de barbitúricos a los cuales era adicta y los combinaba con alcohol; esa es la versión oficial y que todos conocemos, sin embargo, aún existe mucha controversia sobre su muerte e incluso se ha llegado a decir que fue asesinada por órdenes de un ex presidente de Estados Unidos.
Finalmente, se comentó que el deterioro de la actriz y modelo fue bastante notable, hasta el punto que costó mucho poder maquillar y arreglar el cuerpo para el funeral, sin mencionar que, según operarios de la Funeraria, Norma murió sin la dentadura postiza, sin depilar y ni teñir la raíz de su melena.