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¿Una nueva burbuja de placas solares?

18 mar 2022 . Actualizado a las 10:20 h.

El coste de la energía tradicional, gas y electricidad, sigue en aumento, haciendo que la demanda de placas solares se haya incrementado.

Este repentino auge hace que muchos nos preguntemos si esta nueva “fiebre por las placas solares” ha llegado para quedarse o se trata de una segunda burbuja.

El nacimiento de una industria

En el año 2007, en España, más allá del ladrillo, se decidió apostar por el sector de la energía solar.

Los cambios en la regulación fijaron primas interesantes para los inversores, y la alta rentabilidad provocó que en tan solo dos años se multiplicase por 27 la potencia instalada.

Evidentemente fue China la encargada de cubrir esta demanda de placas solares.

China vio una oportunidad de desarrollo y además de fabricar los modelos encargados por sus clientes, decidió innovar en el sector.

En 2003 China apenas producía el 3% de placas solares del mundo, literalmente China no existía en este sector, pero una década después, en 2013, China ya contaba con más del 60% de toda la producción mundial.

¿Cómo se convirtió China en el productor mundial de placas solares?

Como ocurría en la mayoría de sectores, China creció comprando tecnología extranjera (en este caso alemana) e intentando liderar en precio, basando su competitividad en sus reducidos costes de mano de obra.

Pronto se percataron de que no bastaba con producir más barato, no querían ser dependientes de la tecnología extranjera y decidieron invertir en I+D, no solo en el desarrollo de placas, sino también en la antesala de este proceso: China comenzó a competir mediante una integración vertical, creando tecnología propia en la maquinaria utilizada para la producción de las placas solares, en lugar de importarla.

Los procesos de fabricación chinos comenzaron a competir con los alemanes, contribuyendo a la masificación de la producción mundial en China, pese a que el suministro de silicio era controlado principalmente por EEUU, Alemania, Japón y Corea. Las empresas chinas conseguían niveles de eficiencia en las placas inalcanzables por el resto de sus competidores.

En este vídeo se muestra cómo se desarrolló el mercado de la energía solar en China:

Y la burbuja explotó

La crisis de 2008 hizo imposible mantener las subvenciones fotovoltaicas y España, Italia, Alemania y, sobre todo, EEUU fueron dejando caer a empresas e inversores del sector.

Como consecuencia, los mayores productores chinos también quebraron y los que pudieron reestructurarse sufrieron la represalia occidental con la imposición de aranceles.

Este nuevo escenario encareció el producto, ya que la mejor opción ya no estaba disponible al mejor precio, se obligaba al mercado a trabajar con subóptimos, y los inversores desplazaron su capital hacia otros sectores.

Dicho de otra manera, si terminan las subvenciones a la electricidad y los inversores deben pagar más por los mismos paneles o comprar paneles nacionales de peor calidad, el proyecto pierde atractivo.

¿Y ahora, es el momento de importar placas solares de China?

Mucho han cambiado las cosas en China desde 2008, en aquella época los mejores fabricantes estaban naciendo, estaban experimentando, se encontraban en plena curva de aprendizaje. 

El mayor logro de China fue superar a Alemania gracias, entre otras cosas, a países como España que financiaron su curva de aprendizaje. En ocasiones, es peligroso innovar y desde nuestro país se apostó por esta tecnología para la que quizá no había llegado el momento.

Desde luego parece que ahora ha llegado para quedarse, pero aquellas empresas interesadas en importar placas solares desde China deberían prestar atención a algunos elementos:

  • Aún se desconoce su durabilidad: Sigue sin haber 25 años de registro histórico mínimo para poder afirmar que las placas durarán 25 años a máxima eficiencia. 
  • Es costoso encontrar proveedores fiables: China supone un reto para el emprendedor occidental y no es sencillo encontrar proveedores fiables en un sector volátil con fabricantes nuevos con muy poca experiencia y fiabilidad en caso de problemas técnicos.
  • Más allá del precio como única variable: De nuevo, la fiabilidad, la calidad del producto y un servicio postventa difícilmente evaluable en la negociación inicial marcarán el devenir de las inversiones.

Todas las circunstancias apuntan a que esta fuente de energía tendrá mucho peso dentro del mix energético y España cuenta con una situación privilegiada para explotarla. ¿Será capaz de aprovecharla?