CONTENIDO PATROCINADO

¿Por qué se ha perdido la magia de hacer álbumes de fotos?

Las imágenes en papel son la manera perfecta de evocar recuerdos y traerlos de nuevo al presente, un método infalible para ejercitar la mente y revivir sensaciones

21 nov 2021 . Actualizado a las 15:03 h.

Hubo una época en la que la fotografía era analógica y los negativos y el papel fotográfico campaban a sus anchas por los hogares españoles entre hojas de álbumes y entre carpetas. Los disparos eran contados, no como ahora que nuestras yemas de los dedos no tienen límites para posarse sobre las pantallas táctiles para asegurarse de que alguna de las decenas de tomas será la perfecta. Antes, un único disparo era la bala que no sabías si habría hecho diana hasta pasados unos días, quizás semanas, y fueras a una tienda de revelado a descubrir el resultado. Por aquel entonces, la preocupación era que el carrete no se hubiese velado y el éxito era que esa toma fotográfica sacara a todos con los ojos abiertos para poder enmarcarla y lucirla en el salón de casa cuando vinieran las visitas.

Ahora ese álbum de fotos se llama galería y no habita en una estantería sino en un dispositivo que apenas ocupa el tamaño de una mano. Las visitas que recibíamos en casa ahora se llaman seguidores y los comentarios que hacían sobre cuán bonita era esa estampa ahora se llaman likes. Ya no hay cabida para los errores porque no hay nada que el retoque fotográfico o las copias de seguridad no puedan solucionar en caso de pérdida. Antes, extraviar el negativo o esa única copia de la fotografía suponía tener que asumir una pérdida de un recuerdo físico y confiar en la mente para recordar cómo era la cara de nuestro bisabuelo recién salido de la mili.

Si bien es cierto que antes la fotografía era algo al alcance de muy pocos, hoy en día es uno de los signos de globalización más estandarizados. Ahora podemos hacer una foto en un pueblo de A Coruña y que en cuestión de milisegundos la estén viendo y analizando en sus antípodas, en cualquier rincón de Nueva Zelanda. Tampoco es una afición que se ha democratizado y que está al alcance de casi todos los bolsillos, ya que ya no es necesario hacer grandes desembolsos para poder disponer de un terminal que haga fotos y nos permita compartirlas.

El retorno de los álbumes

Aunque ahora nuestras galerías acumulen miles de fotografías que probablemente solo hayamos visto el día que las tomamos, cada vez más personas se mentalizan de que si quieren que esos recuerdos permanezcan accesibles en nuestras manos y en nuestras mentes la mejor opción es un álbum de fotos personalizado. Y es aquí cuando marcas como Photosí se han puesto manos a la obra para ofrecer a aficionados a la fotografía un sinfín de opciones para poder conservar sus mejores instantáneas en atractivos álbumes para su disfrute personal o para regalar a seres queridos.

¿De qué se suelen hacer álbumes? Pues el abanico es tan grande como la capacidad de nuestros teléfonos móviles para acumular imágenes: un viaje especial, una escapada con amigos, una boda, los primeros años de un hijo o un recopilatorio de fotos de la juventud. El límite es la propia imaginación porque con las vidas activas y frenéticas que llevamos, acumulamos muchísimos momentos dignos de ser inmortalizados y encuadernados en un álbum que se pueda tocar y disfrutar con el valor que se merece.